SPINOZA EN 90 MINUTOS
(1996)
ERMG
(Paul Strathern, 1996)
Baruch (Benedictus o
Benito) de Spinoza nació el 4 de noviembre de 1622 en Ámsterdam. Murió en La Haya, 21 de febrero de 1677.
1
Spinoza
es el filósofo de los filósofos. Construyó un sistema metafísico de una brillantez
y una belleza asombrosas, tanto más sorprendentes por no haber sido deducido de
la realidad de la experiencia.
2
El
núcleo de la filosofía de Spinoza es su sistema omnicomprensivo, que abarca desde
el mundo jerarquizado de las certidumbres medievales hasta la creencia, emergente
en su época, en el poder de la razón para alcanzar por sí sola la verdad. Su
sistema generado matemáticamente engloba a Deus sive natura (Dios o a la
Naturaleza). Parte de hipótesis básicas y, a través de una serie de pruebas
similares a las de la geometría, construye un universo que es también Dios. Es
el ejemplo clásico de panteísmo, esto es, la creencia de que Dios y el universo
son una y la misma cosa. Esto encuentra, curiosamente, eco en la moderna
hipótesis Gaia (o Gea), según la cual nuestro planeta es considerado como un único
y vasto organismo, o como una célula que se regula a sí misma. El sistema de Spinoza
profundiza también en una ética holística similar a la preconizada por los ecologistas
modernos.
3
«Definición:
entiendo por sustancia (substantia) aquello que es en sí y es concebido por sí.
Es decir, aquello cuyo concepto no necesita del concepto de otra cosa para ser formado».
Por
atributo (atributoum) entiendo aquello que el entendimiento percibe de la sustancia
como constitutivo de su esencia.
4
En
1663, Spinoza se mudó a Voorburg, un suburbio de las afueras de La Haya, donde había
de vivir el resto de sus días. En una carta que escribió un par de años más
tarde hace la única referencia intencionada a sí mismo. En ella cuenta cómo
intentó, sin éxito, remediar unas fiebres sangrándose a sí mismo (probablemente
con sanguijuelas, la práctica médica común de la época), y continúa diciendo
que espera con impaciencia recibir de su amigo un frasco con compota de rosas
rojas. También cuenta que acaba de superar un ataque de fiebres intermitentes:
«me libré finalmente de ellas a fuerza de una buena dieta y las mandé a paseo;
no sé a dónde fueron a parar, pero procuraré que no vuelvan»
5
Spinoza
llevó una vida muy sencilla, alojado en una única habitación, donde no sólo dormía
y escribía, sino donde también pulía lentes. No hace falta mucha fantasía para imaginar
los montones de papeles y libros abiertos cubiertos de una fina capa de polvo
de cristal. Es posible que hubiera en su cuarto una pequeña ventana de vidrios
emplomados con vistas a la campiña y a los canales bajó un lóbrego cielo gris.
6
Según
Colerus, que recogió material para su biografía de gente que había conocido Spinoza,
el filósofo iba siempre meticulosamente vestido a pesar de su pobreza. Pero,
según otra fuente, «en lo que respecta a la ropa era muy descuidado y su
vestimenta no era mejor que la del ciudadano más pobre». ¿Vagabundo o no? A
juzgar por sus retratos, probablemente se vistió de manera indiferente.
7
Spinoza cometió el error de ver el mundo racionalmente cuando, naturalmente, no es racional, ni de hecho ni en última instancia. (Los matemáticos modernos caen en un error similar cuando lo ven matemáticamente). Los filósofos anteriores a Spinoza tendían ingenuamente a ver el mundo desde un punto de vista humano. Los filósofos posteriores han persistido en lo mismo, aunque percatándose cada vez más de sus limitaciones. Spinoza, por otra parte, prescindió del punto de vista humano, escogiendo ver el mundo sub specie aeternitatis (desde el punto de vista de la eternidad). Hoy en día, filósofos y científicos admiten la futilidad de la búsqueda de una verdad última. Las «verdades últimas» sólo pueden ser «nuestras», es decir, corresponden a nuestro punto de vista. Cualquier criterio objetivo último es inconcebible e inefable. «Dios ha muerto» significa también que la eternidad es ciega.
8
Spinoza
señaló que el trabajo de la razón «desencantaría» el mundo. Con esto quiso decir
que la razón le quitaría los aspectos sagrados, así como los supersticiosos. Lo
vio solo como un estadio en el camino de la comprensión de nosotros mismos y del
mundo. Si lleváramos el pensamiento racional hasta su estadio siguiente,
descubriríamos a Dios en una «religión del desencanto».
9
¿Un
Dios universal que puede ser aprehendido solamente aplicando la razón al mundo
que nos rodea? Esto sugiere que la «religión del desencanto» de Spinoza pudo en
realidad ser una descripción adelantada de la ciencia moderna: un universo
panteísta cuya verdad sólo podemos aprehender mediante el uso de la razón, las
matemáticas y la experimentación racional, un mundo-dios en el que el número es
la plegaria.
10
Las
autoridades de la sinagoga concluyeron que no les quedaba ninguna alternativa y
tendrían que demostrar a la comunidad cristiana que dejarían de tener relación
alguna con este Spinoza. Para ellos, Spinoza cesaría de entonces en adelante de
ser una persona; sería un ex judío. En julio de 1656 se celebró una gran
ceremonia de excomunión y Spinoza fue expulsado de la comunidad judía con toda
solemnidad. Se tocó el gran cuerno, las velas fueron apagadas una a una, y se
proclamó en alta voz la maldición: «Con ayuda del juicio de los ángeles y los
santos, excomulgamos, execramos y anatemizamos a Baruch de Spinoza. Maldito sea
de día y de noche, maldito al acostarse y maldito al levantarse, maldito al
salir y maldito al entrar. El Señor borrará su nombre bajo el sol y le apartará
por su desmán de las tribus de Israel. Nadie podrá comunicarse con él, ni de
palabra, ni por escrito; ni mostrarle favor alguno, ni estar bajo el mismo
techo con él; ni acercarse a menos de cuatro codos de él, ni leer ningún
documento escrito o dictado por él». Con semejante recomendación, no es de
extrañar que los escritos de Spinoza hayan sido buscados afanosamente por
judíos y gentiles hasta el día de hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario