1964
EL HOMBRE Y SUS SÍMBOLOS.
ERMG
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El hombre y sus símbolos
(1964) fue iniciado por Jung, y continuado por sus colaboradores Joseph L.
Henderson, Marie-Louise von Franz, Aniela Jaffé, Jolande Jacobi.
Los ensayos son los
siguientes:
1.
Acercamiento al inconsciente, Carl Gustav
Jung.
2.
Los
mitos antiguos y el hombre moderno, Joseph L. Henderson.
3.
El proceso de individuación, Marie-Louise
von Franz.
4.
El simbolismo en las artes visuales,
Aniela Jaffé.
5.
Símbolos en un análisis individual,
Jolande Jacobi.
FRASES
1
Como
hay innumerables cosas más allá del alcance del entendimiento humano, usamos constantemente
términos simbólicos para representar conceptos que no podemos definir o
comprender del todo. Esta es una de las razones por las cuales todas las
religiones emplean lenguaje simbólico o imágenes.
2
Freud
hizo la sencilla, pero penetrante observación de que si se alienta al soñante a
seguir hablando acerca de las imágenes de su sueño y los pensamientos que les suscitan en su
mente, se traicionara y revelara la fonda inconsciente de sus dolencias, tanto
en lo que dice como en lo que admite deliberadamente.
3
Un
hombre que es distraído o abstraído cruza la habitación para ir a coger algo.
Se detiene
aparentemente perplejo; se ha olvidado de lo que iba a buscar. Sus manos
tantean
entre
los objetos de la mesa como si fuera un sonámbulo; se ha olvidado de su
primitiva intención; sin embargo,
inconscientemente va guiado por ella. Luego se da cuenta de lo que quería.
Su inconsciente se lo ha apuntado.
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Hay muchas causas
por las cuales olvidamos cosas que hemos sabido o vivido; y, del mismo modo,
hay otras tantas formas por las que pueden ser recordadas. Un ejemplo
interesante es el de la criptomnesia, o "memoria oculta". Un autor
puede estar escribiendo con soltura sobre un plan preconcebido, trazando un
argumento o desarrollando el esquema de un relato, cuando, de repente, se
desvía tangencialmente. Quizá se le ha ocurrido una nueva idea o una imagen
diferente o toda una trama distinta. Si se le pregunta que le sugirió la
digresión, no sabrá decirlo. Incluso puede no haberse dado cuenta del cambio,
aunque lo que ha escrito es completamente nuevo y, en apariencia, le era
desconocido antes.
Sin embargo, a
veces puede demostrarse de forma convincente que lo que escribió tiene un asombroso
parecido con la obra de otro autor, una obra que él cree no haber vista jamás.
Encontré acerca de
eso un ejemplo curiosísimo en el libro de Nietzsche Así hablo Zaratustra,
en el que el autor reproduce, casi palabra por palabra, un suceso relatado en un
diario de navegación del año 1686. Por mera casualidad él relata del marino en
un libro publicado hacia 1835 (medio siglo antes de que Nietzsche escribiera);
y cuando encontré el pasaje análogo en Así hablo Zaratustra, me asombró
su estilo peculiar, que era diferente al lenguaje usual de Nietzsche. Quede convencido
de que Nietzsche también tuvo que conocer el viejo libro, aunque no lo
menciona. Escribí a su hermana, que aún vivía, y me confirmó que su hermano y
ella habían leído el libro juntos cuando él tenía once años. Pienso, por lo
dicho, que es inconcebible que Nietzsche tuviera idea alguna de estar plagiando
aquel relata. Creo que cincuenta años después; se deslizó inesperadamente bajo
el foco de su mente consciente.
5
El autor inglés Robert Louis Stevenson
había pasado años buscando un argumento que se adaptara a su "fuerte
sensación del doble ser del hombre", cuando la trama de El Dr. Jekyll y
Mr. Hyde se le reveló repentinamente en un sueño.
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Por
desgracia, los sueños son difíciles de entender. Como ya señalé, el sueño no
es nada parecido a una historia contada por la mente consciente. En la vida
diaria se piensa lo que se desea decir, se escogen las formas más eficaces para
decirlo y se intenta que los comentarios tengan coherencia lógica. Por ejemplo,
una persona culta tratará de evitar el empleo de una metáfora confusa porque
darla una impresión equivoca de su punto de vista. Pero los sueños tienen una
estructura diferente.
Imágenes
que parecen contradictorias y ridículas, se apilan sobre el soñante, se pierde
el normal sentido del tiempo y las cosas corrientes pueden asumir un aspecto
fascinante o amenazador.
7
La
función general de los sueños es intentar restablecer nuestro equilibrio
psicológico, produciendo material onírico que restablezca, de forma sutil, el
total equilibrio psíquico. Eso es lo que llamo el papel complementario (o
compensador) de los sueños en nuestra organización psíquica. Eso explica por qué gente que tiene ideas nada realistas o un concepto demasiado elevado de sí
misma o que hace planes grandiosos y desproporcionados con sus verdaderas posibilidades,
tiene sueños de volar o caer. EI sueño, compensa las deficiencias de su personalidad
y, al mismo tiempo, le advierte los peligros de su vida presente. Si se
desdeñan las advertencias de los sueños, pueden ocurrir verdaderos accidentes.
La víctima puede caerse por las escaleras o tener un accidente automovilístico.
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Siempre
me impresionó el hecho de que hubiera un número sorprendente de individuos que
jamás utilizaban la mente, si podían evitarlo, y un número igual que la utilizaban, pero en una forma asombrosamente estúpida. También me sorprendió
encontrar muchas personas inteligentes y muy despiertas que vivían (en lo que
se podía apreciar) como si nunca hubieran aprendido a utilizar los sentidos: no
veían las cosas que tenían ante los ojos, no oían las palabras dichas ante sus
oídos ni sentían las casas que tocaban o saboreaban. Algunas vivían sin
enterarse del estado de su cuerpo.
9
El
mito del héroe es el mito más común y mejor conocido del mundo. Lo encontramos en
la mitología clásica de Grecia y Roma, en la Edad Media, en el lejano Oriente y
entre las contemporáneas tribus primitivas. También aparece en nuestros
sueños. Tiene un evidente atractivo dramático y una importancia psicológica
menos obvia pero profunda.
10
Por
medio de los sueños podemos entrar en conocimiento de los aspectos de nuestra personalidad,
que por diversas razones hemos preferido no contemplar muy de cerca. Eso es lo
que Jung llamó "percepción de la sombra". (Empleó la palabra
"sombra" para esa parte inconsciente de la personalidad porque, en
realidad, con frecuencia aparece en los sueños en forma personificada.)
11
Sabemos
que aun las piedras sin labrar tuvieron un significado muy simbólico para las sociedades
antiguas y primitivas. Se creía con frecuencia que las piedras bastas y
naturales eran la morada de espíritus o de dioses, y se utilizaron
en las culturas primitivas como lápidas sepulcrales, amojonamientos u objetos de
veneración religiosa.
12
La
gente que confía totalmente en su pensamiento racional y desecha o reprime toda
manifestación de su vida psíquica, con frecuencia, tiene inclinación, casi
inexplicable, hacia la superstición.
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Las
poderosas fuerzas del inconsciente aparecen con mayor frecuencia, no en el
material clínico, sino también en el mitológico, religioso, artístico y todas
las demás actividades culturales con las que se expresa el hombre.