FILOSOFÍA

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miércoles, 21 de febrero de 2024

PIENSA COMO UN EMPERADOR ROMANO

 

 

 

PIENSA COMO UN EMPERADOR ROMANO

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

 


Donald Robertson en “Piensa como un emperador romano” (2020) hace un repaso de la historia del estoicismo , desde sus primeros representantes hasta otros muy prominentes figuras  de esta filosofía; no obstante, se detiene en  la de Marco Aurelio para darle cuerpo a su libro y esbozar sus puntos de vista y consejos. Habla también de cómo  practicar el estoicismo en las condiciones del mundo actual, convulsionado por el inmenso flujo de información estresante.

FRASES Y PÁRRAFOS QUE ME GUSTARON

1

El valor potencial del estoicismo me llegó de golpe de inmediato al descubrir ¿Qué es la filosofía antigua? (1998) y Filosofía como forma de vida (2004), del experto francés Pierre Hadot. Como sugiere el segundo título, Hadot exploró a profundidad la idea de que las filosofías occidentales antiguas de hecho abordaban la filosofía como una forma de vida.

2

En Estados Unidos, el comercializador y empresario Ryan Holiday acogió el estoicismo en El obstáculo es el camino (2014) y Estoicismo cotidiano (2016, en coautoría con Stephen Hanselman). Más tarde, en el Reino Unido, el ilusionista y celebridad televisiva, Derren Brown, publicó un libro llamado Feliz (2017), que se inspiraba en los estoicos. Estos autores estaban llegando a toda una nueva audiencia que iba más allá de la academia y a la que le presentaban el estoicismo como una forma de autoayuda y una filosofía de vida. El científico escéptico y profesor de filosofía Massimo Pigliucci publicó Cómo ser un estoico en 2017. Ese mismo año, el político republicano Pat McGeehan lanzó El estoicismo y la casa del Estado. El estoicismo también era usado en el ejército, como parte del Entrenamiento de Resiliencia del Guerrero, del coronel Thomas Jarrett. El ejecutivo de la NFL y antiguo entrenador de los Patriotas de Nueva Inglaterra, Michael Lombardi, lo acogió también, y la filosofía comenzó a ganar más y más adherentes en el mundo de los deportes.

3

Galeno, había observado que las víctimas morían inevitablemente cuando sus heces se volvían negras, una señal de sangrado intestinal.

4

Sócrates solía decir que la muerte es como un bromista con una máscara atemorizante, vestido como un ser aterrador para asustar a los niños pequeños. El hombre sabio remueve la máscara con cuidado y, al mirar tras ella, descubre que no hay por qué temer.

5

Marco escribió que nadie es tan afortunado como para no tener a una o dos personas junto a su lecho de muerte que reciban con satisfacción su deceso. Dice que en su propio caso, como emperador, puede pensar en cientos de individuos con valores que entran en conflicto con los suyos,

quienes estarían más que felices de verlo muerto.

6

Los estoicos enseñaron que el hombre sabio siente una inclinación natural a escribir libros que ayuden a otras personas.

7

Aaron T. Beck, fundador de la terapia cognitiva, aconsejaba a sus pacientes que sufrían de ansiedad escribir «guiones descatastrofizadores», en los cuales describían eventos angustiantes de forma factual, sin juicios de valor duros ni lenguaje emotivo: «Perdí mi empleo y ahora debo buscar un nuevo» en vez de: «Perdí mi trabajo y no hay nada que pueda hacer al respecto; ¡es un total desastre!».

8

Cuando era joven, Galeno se preguntó por qué la máxima del Oráculo de Delfos, «conócete a ti mismo», debía tenerse en tan alta estima. ¿Acaso no todos se conocen ya a sí mismos? Pero de a poco llegó a darse cuenta de que solo los más sabios llegan a conocerse a sí mismos de verdad. Los demás, observó Galeno, tendemos a caer en una trampa de suponer que estamos del  todo libres de defectos o que estos son pocos, leves e infrecuentes.

9

El término mentor proviene de la Odisea de Homero. Atenea, la diosa de la sabiduría y la virtud, se disfraza como un amigo de Odiseo, llamado Mentor, para aconsejar a su hijo Telémaco, quien se encuentra en gran peligro. Ella permanece junto a ambos durante la batalla final contra los enemigos de Odiseo, alentando al héroe hacia la victoria.

10

A menudo, escribir hace más vivida y memorable una imagen. Los estoicos consideraban esta práctica como una fuente de alegría sana. Escribir tus pensamientos sobre lo que hace admirable a otra persona, reflexionar sobre ellos y reconsiderarlos te da la oportunidad de procesarlos.

11

Los estoicos escribieron muchos libros en los que describieron su psicoterapia de las pasiones, incluyendo uno escrito por Crisipo, el tercer líder de la escuela, titulado Terapéutica. Por desgracia, ninguno de ellos llegó hasta nuestros días, pero sí sobrevivió un tratado titulado De las pasiones y los errores del alma, escrito por el célebre médico de Marco, Galeno. Erudito con un gusto ecléctico por la filosofía, Galeno había estudiado en un inicio con un estoico llamado Filopáter, y se basó en la filosofía estoica temprana, citando a Zenón, para su propia versión del diagnóstico y cura de pasiones nocivas.

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SOBRE EL DOLOR

En Meditaciones vuelve en muchas ocasiones a las enseñanzas de Epicuro concernientes al dolor y la enfermedad. En particular le interesa una de las máximas de Epicuro más famosas, o Doctrinas principales, que contiene un consejo para afrontar el dolor. Debemos recordarnos a nosotros mismos, según expresaba Epicuro, que el dolor siempre es soportable porque es o agudo o crónico, pero nunca ambos. El padre de la Iglesia Tertuliano resumió la misma idea de manera clara al decir que Epicuro acuñó la máxima «un dolor pequeño es desdeñable, uno grande no es duradero». Por

tanto, podemos lidiar con un dolor al decirnos a nosotros mismos que no será duradero si es severo o que somos capaces de soportar algo mucho peor si el dolor es crónico. A menudo, las personas objetan al decir que su dolores tanto crónico como severo, sin embargo, en las primeras páginas deMeditaciones, Marco parafrasea la misma cita de Epicuro de la siguiente manera: «Sobre el dolor: si es insoportable, nos hace fallecer; si persiste, podemos soportarlo».12 El punto es que el dolor crónico que está más allá de nuestra habilidad para resistir nos mataría, por lo que el hecho de permanecer vivos prueba que somos capaces de soportar aún más. Aunque puede ser difícil de aceptar para algunas personas, algunos participantes de mis cursos por internet, quienes han sufrido durante muchos años de dolor crónico, han reportado que esta máxima epicúrea les ha sido de gran ayuda, tal como lo fue para mucha gente a lo largo de los siglos pasados. Pero debemos practicar para seguir viendo las cosas de esta forma, tal como debemos practicar para superar hábitos y deseos nocivos. ¿Por qué, con exactitud, las personas de la Antigüedad encontraron útil esta estrategia como un modo de lidiar con el dolor? Cuando la gente de verdad tiene dificultades, se enfoca en su inhabilidad para afrontar y en la sensación de que el problema se está saliendo de control: «¡Ya no puedo soportarlo más!». Esta es una forma de catastrofización: enfocarse demasiado en el peor escenario y sentirse abrumado. Sin embargo, lo que Epicuro quería decir es que al enfocarnos en los límites del dolor, ya sea en términos de duración o severidad, podemos desarrollar un estado mental más orientado al afrontamiento y que se abruma menos por las preocupaciones o las emociones negativas respecto a nuestra condición A Marco también le resultó útil pensar que su dolor estaba confinado en una zona particular del cuerpo en lugar de consumirse imaginándolo como algo más penetrante. El dolor quiere dominar tu mente y volverse toda tu historia. Sin embargo, por lo general, las personas que afrontan bien el dolor lo ven con objetividad, como algo más limitado en su naturaleza, lo cual hace más sencillo que se visualicen afrontándolo de formas diversas. Ciertamente, en otras partes de Meditaciones, agrega un giro estoico al dicho de Epicuro. «El dolor no es ni insoportable ni eterno si estás al tanto de sus límites y no le agregas nada de tu propia imaginación». Lo que Marco quiso expresar es que el dolor es tolerable si recordamos que es nuestra actitud hacia él lo que en realidad determina lo alterados que nos sentimos. Los estoicos indicarían que lo que nos altera no son nuestros dolores o enfermedades, sino nuestros juicios respecto a ellos. Esta es una de las principales herramientas terapéuticas en el arsenal del tratamiento del dolor estoico.

13

Entender es perdonar.

14

El hombre sabio se siente agradecido por los regalos que la vida le ha dado, pero también se recuerda a sí mismo que son un mero préstamo; todo cambia y nada dura para siempre.

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Puedes adaptar esta rutina diaria para que se vea así:

1.         Meditación matutina. Piensa en el sol naciente, las estrellas y tu pequeño espacio dentro de todo el cosmos. Ensaya mentalmente los eventos clave del día, imaginando cómo lidiarían con los hábitos y deseos Sócrates, Zenón, Marco Aurelio o tu propio modelo a seguir. Imagina cómo planeas lidiar con cualquier reto o qué recursos y virtudes internos puedes emplear.

2.         Durante el día. Practica la conciencia estoica prestando atención a las señales de alerta temprana de los hábitos o deseos que quieres superar. Intenta atraparlas cuando comienzan y córtalas de raíz. Haz una pausa y practica aceptar cualquier sentimiento de incomodidad con indiferencia estoica. Adquiere distancia cognitiva de tus pensamientos y abstente de actuar de acuerdo con tus sentimientos. Lleva a cabo comportamientos sustitutos sanos en su lugar, los cuales contribuirán a un sentido genuino de satisfacción. También puedes mantener un registro por escrito o una lista de ciertos hábitos, como se describió en este capítulo.

3.         Meditación vespertina. Al final nal del día, revisa qué tan bien te fue en términos de actuación en concordancia con tus valores, es decir, con tus virtudes. En relación con los deseos, considera lo que hiciste bien, lo que hiciste mal y lo que podrías hacer de otro modo al siguiente día. Si te ayuda, imagina responder estas preguntas ante un mentor estoico sabio, o incluso un panel de sabios, y considera qué consejos podrían darte. Usa lo que aprendas para prepararte para la meditación matutina del siguiente día.

16

Distanciamiento cognitivo:  La estrategia de manejo del dolor más importante que mencionan Epicteto y Marco es la que hemos llamado «distanciamiento cognitivo». Se resume en una frase que ya te es familiar: «Lo que nos altera no son los eventos, sino nuestros juicios respecto a ellos».

17

Para Marco, lo que importa es dejar de mirar el dolor y la enfermedad a través de la lente del daño. Esos juicios se originan dentro de nosotros y se proyectan hacia el exterior sobre sensaciones corporales y otros eventos externos.

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Dejemos que la parte del cuerpo afectada se queje si es necesario, dice. La mente no necesita estar de acuerdo ni seguirle la corriente juzgando la sensación como muy mala y dañina.29 Piensa en el dolor en tu cuerpo como si fuera el ladrido de un perro enfurecido; no debes ladrar junto al perro al quejarte de tu propio dolor.

19

Aceptación estoica: Epicteto también decía que debemos aceptar de manera activa la enfermedad y los sentimientos dolorosos si nos ocurren («aceptación estoica»). Indicaba que si nuestros pies tuvieran mente propia, irían voluntariamente al lodo con cada paso que damos, aceptándolo como una parte necesaria de su función natural. Con ello, evoca la vieja metáfora estoica del perro que sigue un carruaje. Un perro atado a un carruaje en movimiento puede jalar su correa y ser arrastrado a la fuerza, o puede aceptar su destino y correr junto al carruaje con suavidad. Ciertamente, una de las de niciones estoicas más antiguas de la meta natural del hombre es que consiste en una vida « uida», libre de luchas innecesarias. El concepto de aceptar radicalmente sentimientos desagradables también se ha convertido en parte central de la terapia cognitivo-conductual moderna. El dolor se vuelve más doloroso cuando luchamos contra él, pero paradójicamente a menudo la carga se aligera si aceptamos la sensación y nos relajamos ante ella o la recibimos de buena fe. Luchar para reprimir, controlar o eliminar sentimientos desagradables agrega otra capa a nuestra miseria y, con frecuencia, resulta contraproducente al empeorar el problema original.

20

Marco imagina a la naturaleza misma como un médico, como Asclepio, el dios de la medicina, prescribiéndole dificultades a modo de remedios dolorosos.Para tomar de manera apropiada la medicina de la naturaleza debemos aceptar nuestro destino y responder de manera virtuosa, con fortaleza y disciplina, para mejorar así nuestro carácter. Por ello, Marco ve la aceptación voluntaria de las di cultades como una psicoterapia de las pasiones. Debemos tragar las amargas píldoras del destino y otros síntomas desagradables de enfermedad cuando nos ocurren.

21

Cuando comenzaba a sentirse frustrado por los eventos, Marco se recordaba: «Esto no es una desgracia, soportarlo con nobleza en realidad es buena fortuna».

22

El sabio ve la vida y la muerte como dos lados de una misma moneda.

23

Esperar que las personas malas no hagan cosas malas es una locura, pues es desear lo imposible.

Desear que los hombres malos nunca hagan algo incorrecto es  tonto . Más aún, aceptar sus malas acciones hacia otros mientras esperamos que nunca nos hagan mal a nosotros es desconsiderado y estúpido. (Marco Aurelio)

24

El antídoto principal contra la ira, para él, es la virtud estoica de la bondad, que de la mano con la equidad conforman la virtud social cardinalnde la justicia. Mientras los estoicos veían a la ira como el deseo de dañar a otros, la bondad es en esencia lo opuesto: buena voluntad hacia otros y deseo de ayudarlos.

25

Marco usó estos diez obsequios de Apolo para afrontar la ira. A lo largo de Meditaciones, vuelve una y otra vez a esta lista:

Es peculiar al hombre amar incluso a quienes hacen lo indebido. Y esto ocurre si cuando hacen el mal te das cuenta de que son congéneres, y de que hacen el mal por ignorancia y sin intención, y de que pronto ambos morirán; y, sobre todo, de que el malhechor no te ha hecho daño, pues no ha hecho [el carácter de tu mente] peor de lo que era antes.

Es claro que se trata de una táctica derivada de los diez obsequios de Apolo, al igual que la siguiente:

¿Con qué te sientes disgustado? ¿Con la maldad de los hombres? Toma esta conclusión con seriedad, que las criaturas racionales han sido hechas las una para la otras; que la tolerancia es parte de la justicia; que los actos indebidos son involuntarios; piensa en cuántos antes de hoy, luego de pasar su vida con hostilidad, sospecha y odio implacables, con dagas empuñadas en contra de otros, han sido sepultados y se han convertido en polvo; piensa en esto, y pon n a tu preocupación de una vez.

Sin embargo, la estrategia en la que más se apoya cuando afronta la ira es el primer obsequio de Apolo y sus musas: se recuerda ver a los demás como sus congéneres, hermanos o hermanas, y que la naturaleza de las personas es trabajar juntas.

I

Debemos ver a nuestros enemigos como parte de nuestra familia. Es nuestro deber aprender a vivir en armonía con ellos de modo que nuestra vida avance sin problemas, incluso si alguien intenta oponérsenos.

II

Empatía. Ponerse en los zapatos del otro.

III

Nadie quiere hacer el mal intencionalmente.

IV

Todos tenemos defectos,

V

No sabemos las causas que mueven a los otros en sus actuaciones.

VI

Recuerda el “Memento mori”.

VII

Aplicar la dicotomía del control.

VIII

La ira sólo provoca daños en nosotros.

IX

Esperar que las personas malas no hagan cosas malas es una locura, pues es desear lo imposible.

X

En la Naturaleza encontramos los recursos para enfrentar la ira.

 

 

 

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