FILOSOFÍA

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jueves, 13 de junio de 2019

LA ESENCIA DEL CRISTIANISMO, SEGÚN FEUERBACH (1804-1872)


LA ESENCIA DEL CRISTIANISMO, SEGÚN FEUERBACH (1804-1872)
Edgardo Rafael Malaspina Guerra (Universidad Rómulo Gallegos, Venezuela)
(Resumen del libro)






1
INTRODUCCIÓN
Cuando Ludwig Feuerbach publicó su más famoso libro “La esencia del cristianismo” (1841) lo hizo para demostrar el origen antropológico de esta religión: no fue Dios quien creó al hombre a su imagen y semejanza, todo fue al contrario.
Feuerbach afirma: la filosofía surgió para criticar a la religión, no para fundamentarla. Primero está el hombre y luego sus ideas, y entre estas se incluye la religión.
Dios es una creación humana.
Dios refleja nuestros deseos no realizados.
Invocamos a Dios en la miseria, en la necesidad, en la privación.
Los hombres que sufren inventan a Dios.
Dios es el eco de nuestro grito de dolor.
Dios es nuestra conciencia.
 Homo homini deus est (el hombre es dios para el hombre).
Cuanto más engrandece el hombre a Dios, más se empobrece a sí mismo.
El hombre proyecta en un ser ideal (irreal) sus cualidades, negándoselas a sí mismo.
2
La esencia general del hombre radica en la razón, la voluntad y el corazón. Es decir, en la fuerza del pensamiento, la voluntad, los sentimientos, el conocimiento, la energía del carácter y el amor.
3

En la religión el hombre se despersonifica en dos cuando se contrapone a Dios:
Dios es infinito, el hombre es finito.
Dios es perfecto, el hombre es imperfecto.
Dios es eterno, el hombre es mortal.
Dios como la contra del hombre, la esencia no humana.
4
La razón nos hace ver los defectos  de nuestros seres queridos e incluso los propios.
Dios depende de la razón.
Las cualidades positivas en el hombre son muchas pero limitadas, mientras que en Dios son ilimitadas.
La razón  es universal, única e igual para todos los hombres; y esta unidad es la unidad de Dios.
5
(Dios como esencial moral o ley)
La religión necesita de un objeto que se diferencie del hombre y al mismo tiempo tenga cualidades humanas para otorgarlas a Dios.
Si Dios se diferencia  mucho del hombre, entonces el hombre no se interesará por Él.
El hombre se parece a Dios, para eso lo ha creado: para consolarse con él.
Dios es la conciencia del hombre.
6
(Dios como esencia del corazón)
Dios se hizo hombre porque antes era hombre.
Dios es amor y nos ama. Nosotros amamos a Dios porque amamos a los humanos.
El amor de Dios es simplemente nuestro amor.
Las religiones politeístas ( en India, Grecia, etc.) tienen a dioses que son simples copias de los hombres. La religión cristiana  crea a un “Dios verdadero”, diferente de los hombres, pero con cualidades humanas.
7
(El misterio del Dios Mártir)
El fin del sacrificio de Cristo no es la salvación de nosotros porque ese es un acto muy efímero; sino mostrar como Él sufre, no por ÉL mismo, sino por nosotros. El sufrimiento es una expresión de los sentidos y un mal propio del humano.
8
El hombre que tiene sus fines definidos y los persigue es más feliz que el que no los tiene aunque este último sea mejor.




9
(El Misterio de la Trinidad y de la madre de Dios)
Dios (padre, primera persona de la Trinidad) es la razón, pero Él está en la más completa soledad como sólo puede estar el hombre con sus pensamientos. Cuando amamos no estamos solos porque necesitamos del otro yo para amarlo.
La segunda persona de la Trinidad  es el hijo para que Dios salga de su soledad.
La tercera persona de la Trinidad es más alegórica que las primeras, y se puede decir que es el amor. Pero el amor más grande es el de las madres y el amor hacia las madres, por eso es necesario crear la madre de Dios. Quien no quiere a una mujer no puede querer nada.
10
(El significado de la creación en el judaísmo)
La base de la creación no es el subjetivismo, sino el egoísmo. La creación aparece sólo cuando el hombre ve a la naturaleza como un medio práctico para satisfacer su voluntad y necesidades.
El principio máximo para el judaísmo es el utilitarismo, la ventaja: los ríos se convierten en sangre,  el sol cambia su dirección, el pan es multiplicado, el agua se transforma en vino. Todos estos fenómenos antinaturales se realizan a favor de Israel por la sola voluntad de Jehová. Todo esto representa el egoísmo del pueblo de Israel, excluyendo a los demás  pueblos. La intolerancia es absoluta, y he allí el secreto del monoteísmo.
Los griegos veían la naturaleza teóricamente. En el paso armónico de las estrellas ellos escuchaban la música celestial.
Los griegos veían  como de la espuma del océano-creador emergió la naturaleza en forma de Venus.
Los israelitas, al contrario, trataban a la naturaleza desde el punto de vista de la gastronomía. Todos los eventos de la naturaleza los encontraban en el estómago. Reconocían a su Dios sólo cuando comían maná.
Los griegos se ocupaban de las humanidades, del arte libre, la filosofía. Los israelitas no pasaron más allá  de la simple teología con ganancia. Cuando Moisés subió a la montaña y vio a Dios, lo hace en busca de bebida y comida.
Estas particularidades los hebreos las conservan y en la actualidad. Su Dios es el principio más práctico del  mundo: el egoísmo en forma de religión. El egoísmo es el monoteísmo.
Tanto la ciencia como el arte salen del politeísmo.
El politeísmo es el conocimiento espiritual de todo lo bello del universo. Así lo entendía Salomón (quien se postraba ante dioses externos) cuando apreciaba los cedros del Líbano, lo minerales o el vuelo de los pájaros, porque aceptaba el politeísmo en forma de sus gustos e ideas.
11
(El misterio de la resurrección)
El hombre cree en la inmortalidad, pero no en la del espíritu como pensaban los antiguos filósofos, sino en la del cuerpo. Sin embargo, no tiene prueba de ello por eso necesita de un ejemplo, y ese ejemplo es Cristo. Ahora el hombre está seguro de que resucitará ya que Dios-hijo pudo resucitar.
12
(El misterio del nacimiento sobrenatural)
El subjetivista cree sólo en su fantasía y no acepta ninguna ley material. Él cree en lo que quiere y por eso no ve la realidad que lo rodea. Él no quiere una flor si tiene espinas. Él ama lo puro. Él ama una mujer pura y virgen y al mismo tiempo ama la madre, pero a una madre pura y virgen que tenga un hijo en las manos, y cuyo embarazo no sea humano.
De esta manera se resuelve la contradicción del cristianismo: Cristo debe nacer  no del pecado original, sino de una madre virgen.
13
(La contradicción de la Trinidad)
La Trinidad es la contradicción entre el politeísmo y el monoteísmo, entre la fantasía y la razón.
La fantasía es la Trinidad y la razón es la unidad de las personas.
Los dioses del Olimpo eran en realidad personas en su esencia. Como individuos y como dioses eran todos iguales entre sí.  Ellos eran dioses o personas divinizadas.
Las tres personas de la Trinidad  cristiana, al contrario, en su esencia son personas en la fantasía.
Las tres divinas personas (politeísmo) son una sola persona (monoteísmo).
Si el padre es Dios, el hijo es Dios y el espíritu también es Dios; entonces por qué no admitimos que son tres dioses.
San Agustín escribió: Si yo afirmo que hay tres dioses estaría contradiciendo la Biblia que dice: “Escucha Israel, tu Dios es uno solo. Por eso decimos tres divinas personas y no tres dioses”.




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