FILOSOFÍA

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viernes, 17 de diciembre de 2021

EMILIO O DE LA EDUCACIÓN (1762)

 


EMILIO O DE LA EDUCACIÓN (1762)

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

 

Emilio de Juan Jacobo Rousseau es un tratado filosófico sobre la educación , la política, la historia , la sociedad y la naturaleza en general. Consta de cinco libros que abarcan la infancia y a adolescencia del pupilo. El último libro está dedicado a la mujer: Sofía, la futura compañera de Emilio. Las ideas revolucionarias planteadas en el Emilio resultaron tan innovadoras como incomprendidas: fue la inspiración de los sistemas educativos mundiales después d a Revolución francesas, pero antes fue quemado públicamente en diferente ciudades europeas.

LIBRO I

(Hasta los dos años de edad)

Emilio en sus primeras líneas es un tratado de puericultura, higiene , nutrición , psicología infantil y hasta de pediatría.

Rechazo hacia la medicina y los médicos:

-La medicina está de moda entre nosotros, y tiene que ser así. Es el entretenimiento de las gentes ociosas y desocupadas, que, no sabiendo cómo emplear el tiempo, lo emplean en conservarse. Si hubieran tenido la desgracia de nacer inmortales, serían los más miserables de los seres: una vida que no tuvieran jamás miedo de perderla, tampoco tendría para ellos valor alguno. Esta gente necesita médicos que los amenacen para halagarles y que les den cada día el único placer que son capaces de apreciar: el de no estar muertos.

- Yo no deseo extenderme aquí sobre la vanidad de la medicina. Mi objetivo no es otro que el de considerarla bajo su aspecto moral. Yo no puedo por lo tanto privarme de observar que los hombres incurren sobre su uso en los mismos sofismas que los que se refieren a la búsqueda de la verdad. Suponen siempre que se trata a un enfermo que le curan, y que cuando se busca una verdad se encuentra. No se dan cuenta de que al contrapesar las ventajas de una curación que el médico ha realizado, quedan los cien enfermos que mata, y la ventaja de una verdad descubierta no compensa el daño que producen los errores en que caen al mismo tiempo.

- La ciencia que instruye y la medicina que cura son muy buenas, sin duda, pero la ciencia que engaña y la medicina que mata son funestísimas.

-Si supiéramos ignorar la verdad, nunca nos seduciría la mentira; si no nos quisiéramos curar a despecho de la naturaleza, no moriríamos jamás a manos del médico; estas dos abstenciones serían razonables y ganaríamos evidentemente sometiéndonos a ellas. No discuto que la medicina no sea útil a algunos hombres, pero digo que es funesta para el género humano.

-Se me dirá, como se hace continuamente, que las faltas son del médico, pero que la medicina en sí misma es infalible. Enhorabuena, y que venga ella sin el médico, pues mientras vengan juntos habrá cien veces más riesgo en los errores del artista que esperanza de socorro en el arte.

-Este arte mentiroso, hecho más por los males del espíritu que por los del cuerpo, no es más útil para los unos que para los otros; nos guarece menos nuestras dolencias y nos imprime el terror hacia ellas; retrasa menos la muerte y nos la hace sentir anticipadamente; gasta la vida en lugar de prolongarla, y aun cuando lo hiciera, sería todavía en perjuicio de la especie, puesto que nos desprende de la sociedad por los afanes que nos impone, por nuestras obligaciones y por los sustos que nos produce.

-¿Queréis encontrar hombres de verdadero coraje? Buscadlos en los lugares donde no hay médicos, donde son ignoradas las consecuencias de las enfermedades y donde se piensa poco en la muerte.

-El hombre sabe sufrir constantemente y muere en paz. Son los médicos con sus recetas, los filósofos con sus preceptos, los sacerdotes con sus exhortaciones, los cuales le envilecen el corazón y le hacen despreocupar por la muerte.

-El sabio Locke, quien había pasado una parte de su vida en el estudio de la medicina, recomendaba muchísimo que jamás se recetase a los niños por precaución o por ligeras incomodidades. Yo iría más lejos, y pido que no llamen a los médicos por mí; yo no les llamaría jamás para mi Emilio, a menos que su vida no esté en un peligro evidente, ya que entonces no pueden hacerle otro daño que matarle.

-Yo sé perfectamente que el médico no dejará de sacar ventaja de esta dilación o tardanza. Si el niño muere, se le habrá llamado demasiado tarde; si se restablece, será él quien le habrá salvado. Pues que el médico triunfe, pero sobre todo que no sea llamado hasta el último extremo.

-La única parte útil de la medicina es la higiene; aunque la higiene no es una ciencia, sino una virtud. La templanza y el trabajo son los dos verdaderos médicos del hombre: el trabajo estimula su apetito, y la templanza le impide los abusos.

-Ha vivido más el hombre que vive veinte años sin médico que el que ha vivido treinta años siendo su víctima. Habiendo realizado una y otra prueba, me creo con más derecho que nadie para legar a esta conclusión.

Frases:

-Como el primer estado del hombre es la miseria y la debilidad, sus primeras voces son el quejido y el llanto.

-La educación nos viene de la naturaleza, de los hombres o de las cosas.

-Si queréis formaros una idea de la educación pública, leed la República, de Platón. No es, pues, una obra de política, como piensan los que juzgan los libros por su título, sino es el más excelente tratado de educación que se haya escrito.

-La palabra educación tenía antiguamente un significado que ya ha desaparecido; quería decir alimento. Educit obstetrix, dice Varrón; educat nutrix, instituit paedagogus, docet magister.

-El hombre que más ha vivido no es el que tiene más años, sino el que más aprovechó la vida.

-Siempre lo bastante, nunca demasiado.

-Nadie se mata por los dolores de gota; solamente los del ánimo nos producen la desesperación.

-Hay que endurecer el cuerpo de los niños contra los rigores del clima y otras necesidades corporales (hambre, sed, cansancio, etc.).

 -Todo es perfecto cuando deja las manos del creador de todo, todo degenera en las manos del hombre.

-Toda sociedad tiene que elegir entre crear un buen ciudadano educado o dejar solo al hombre natural.

Sobre el que abandona a sus hijos (¿Arrepentimiento?)

-No hay ni pobreza, trabajos ni respetos humanos que le dispensen de mantener a sus hijos y de educarlos por sí mismo. Lectores, me podéis creer. Yo pronostico que a cualquiera que tenga entrañas y abandone tan sacrosantos deberes, derramará durante mucho tiempo amargas lágrimas por su error y jamás hallará consuelo.

-Como el primer estado del hombre es la miseria y la debilidad, sus primeras voces son el quejido y el llanto.

LIBRO II

(Hasta los doce años de edad)

-La primera educación debe ser, pues, puramente negativa, la cual no consiste en enseñar ni la virtud ni la verdad, sino en librar de vicios el corazón y el espíritu del error.

-El niño rico es más fácil de educar.

- La educación en el campo es más sana que la de la ciudad.

- Se habla de cómo evitar las manipulaciones por parte de los niños a través del llanto y sus rabietas.

-Las lecturas deben ser escogidas para no aburrir y confundir como en el caso de las fábulas. -Al exigir la verdad a un niño de manera inadecuada y desde posiciones de fuerza se le puede enseñar a mentir.

-Vislumbra un método para estudiar lenguaje musical para los ciegos recurriendo al sentido del tacto.

-Propone premios para estimular al niño cada vez que demuestre un buen comportamiento en el aprendizaje.

Sobre la vacuna contra la viruela

¿cómo nos conduciremos con nuestro alumno en cuanto al peligro de las viruelas? ¿Se las inocularemos en su infancia o esperaremos que se le contagien naturalmente? El primer partido, más conforme con nuestra práctica, garantiza el peligro de esta edad en que la vida es más hermosa, a riesgo de la que menos lo es, si puede calificarse de riesgo una inoculación bien dosificada. Sin embargo, la segunda está más de acuerdo con mis principios generales; dejar obrar en todo a la naturaleza, en los cuidados con que ella protege y que abandona así que el hombre trata de intervenir. El hombre de la naturaleza siempre está preparado; dejemos, pues, que ella le inocule, que elegirá mejor que nosotros el momento más adecuado.

No se deduzca de aquí que censuro la inoculación, porque el razonamiento en virtud del cual eximo de ella a mi alumno no es aplicable a los vuestros. Vuestra educación los prepara a que no escapen de la pequeña viruela en el momento que sean atacados; si dejáis que se contagien al azar, es probable que mueran. Observo que cuanto más necesaria es la inoculación en algunos países tanto más se resisten a ella, y la razón se deduce fácilmente. Apenas me dignaré tratar de esta cuestión referente a mi Emilio. Será inoculado o no lo será, según los tiempos, los lugares y las circunstancias, lo que es casi indiferente para él. Si le inoculamos las viruelas, obtendremos la ventaja de prever y conocer la enfermedad por anticipado, que ya es algo, pero si se contagia naturalmente, le habremos preservado del médico, que aún, es más.

Frases

-Si nosotros fuésemos inmortales, seríamos los seres más miserables.

-La razón es el freno de la fuerza.

-Haz todo lo contario de lo que se acostumbra y acertarás.

-Los desventurados necesitan consuelo, no limosnas.

-Quien pega de chico, matará cuando sea grande.

-La educación debe ser más acción que discurso.

-Los pensamientos más brillantes se pueden encontrar en el cerebro de un niño.

-Se logra con éxito lo que se hace sin prisa.

-Para fortalecer el alma hay que robustecer los músculos.

-La felicidad del hombre en este mundo no es otra cosa que un estado negativo; se la debe medir por la menor cantidad de males que se sufren.

-El mundo real tiene sus límites y el imaginario es infinito; no pudiendo ensanchar el uno, estrechamos el otro, ya que sólo de su diferencia nacen todas las penas que nos hacen verdaderamente desgraciados.

-¡Hombre!, encierra tu existencia dentro de ti, y no serás desgraciado.

-El hábito mata la imaginación.

-La victoria nos hace generosos.

-Hay que instruir de manera amena y divertida.

-El mejor médico es el apetito.

LIBRO III

(Hasta los quince años)

Aunque hasta llegar a la adolescencia el curso de la vida es época de debilidad, durante esta primera edad hay un punto en que el progreso de las fuerzas ha dejado paso al de las necesidades; aunque el animal que crece es débil aún en un sentido absoluto, en el relativo es fuerte.

Rousseau habla de todos los avances de las ciencias de aquel tiempo y de cómo llevar esos adelantos hasta los pupilos.

Hay que explicar al pupilo la utilidad de los conocimientos. Las ciencias, tales como la física, la química o la astronomía, se entiende mejor con la práctica. Hay que hablar con las acciones. Se enseña primero el uso y después el abuso. Robinson Crusoe enseña más que un libro de filosofía. Con caminatas un lección es más amena. Hay que enseñar los oficios, los trabajos artesanales.

Frases:

-Hay que trabajar como un rústico y pensar como un filósofo.

-Mientras sabe el hombre, menos entiende.

-La flaqueza del hombre, ¿de dónde proviene? De la diferencia entre su fuerza y sus deseos.

-El espíritu de mi sistema no es enseñar muchas cosas al niño, sino el de no permitir que se metan en su cerebro otras ideas que las justas y claras.

-Aborrezco los libros porque sólo enseñan a hablar de lo que uno no sabe.

-Robinson Crusoe, solo en su isla; privado del auxilio de sus semejantes y de los instrumentos de todas las artes, procurándose, no obstante, su alimento y conservación, y logrando hasta una especie de bienestar, es un objeto que a cualquier edad interesa, y existen mil medios de hacerlo grato a los niños.

-Los peores historiadores para un joven son los que juzgan.

-Rousseau habla extensamente de las ciencias de su tiempo y la manera más práctica y amena de enseñarlas a Emilio. Especialmente habla de la Historia y los autores de la Antigüedad como Plutarco y Tucídides. También se refiere a la forma más adecuada   ecuánime de corregir los errores del pupilo: constructivamente y sin ofender. No se debe decir todo, hay que sugerir para que Emilio imagine el final de un argumento y haga sus propias conclusiones.  Se incluye párrafos pertenecientes a la propia vida de Rousseau: los coloca como ejemplo de cómo debe educarse a un joven.

-Sufrir con paciencia la adversidad es un arte.

-El infierno está en el corazón de la gente mala.

-Solamente a la experiencia conviene la filosofía en máximas.

-Ciertamente, con las naturales disposiciones del alumno, si el maestro escoge con un poco de tacto y prudencia sus lecturas y le sugiere un poco las reflexiones que de ellas ha de sacar, este ejercicio será para él un curso de filosofía práctica, mejor y más acertado que las vanas especulaciones con que embrollan en las aulas el entendimiento de la juventud.

-Los filósofos no son en verdad los que mejor conocen a los hombres, pues únicamente los miran a través de los prejuicios de la filosofía, y no sé de estado alguno en el que haya tantos.

-Lección que repugna no aprovecha.

-El talento de instruir consiste en que el discípulo adquiera gusto por la instrucción, y para ello no ha de quedar de tal manera pasiva su inteligencia en todo cuanto le digáis, que nada tenga que hacer para entenderos.

-Uno debe hacerse entender, pero no siempre lo ha de decir todo, pues el que lo hace dice muy poco, debido a que nadie le escucha

-No me cansaré de repetirlo; todas las lecciones que deis a la juventud debéis reducirlas a ejemplos y nunca a razones; no deben aprender en los libros lo que les puede enseñar la experiencia.

-Extendamos el amor propio a todos los demás seres y lo convertiremos en virtud, pues no hay corazón humano que no tenga su raíz.

-Para creer en Dios hay que renunciar a la razón.

-Para evitar que la piedad degenere en flaqueza, es necesario generalizarla y extenderla a todo el género humano.

LIBRO IV

(Hasta los 20 años de edad)

Después de los primeros 15 años los diferentes signos anuncian la pubertad: la inquietud de las pasiones; los cambios de humor; se altera la fisionomía, se puebla de barba, cambia la voz; por los ojos se asoma al exterior el encendimiento del alma; la cercanía de una mujer produce ahora un estado de turbación y timidez.

Profesión de la fe del vicario saboyano.

Por esta parte el libro fue prohibido y quemado porque supuestamente propone una religión natural que excluye a la iglesia. Rousseau basa en el amor en el respeto mutuo. Para amar no necesariamente se debe ser creyente.

Rechazo a la educación religiosa.

Se puede ser bueno sin saber nada de Dios.

El conocimiento de Dios excede la capacidad de los jóvenes, nada es más inútil que enseñarles el catecismo.

Los niños no necesitan creer en Dios para salvarse

Si se les habla de Dios antes de tiempo se formarán una idea falsa.

Frases

-La hora de la muerte tiene de bello el estar alejada de la del nacimiento, y la vida es siempre muy corta cuando este espacio está mal llenado.

-La debilidad del hombre es lo que hace que sea sociable; nuestras comunes miserias son las que excitan nuestros corazones al ser humanos, y nada le deberíamos si no fuéramos hombres.

-Todo afecto es signo de insuficiencia; si cada uno de nosotros no tuviera necesidad de los demás, jamás pensaría en unirse a ellos.

-Si nuestras necesidades comunes nos unen por interés, nuestras miserias comunes nos unen por afecto.

-El aspecto de un hombre feliz inspira a los demás menos amor que envidia.

-Dulce es la piedad, porque identificándonos con el que padece, sentimos, no obstante, el consuelo de no sufrir como él, y amarga es la envidia, porque el aspecto de un hombre feliz se convierte en una tortura y le desconsuela la mente ajena.

LIBRO V

(Edad adulta. Sofía: La compañera de Emilio.)

Este parte está dedicado a Sofía, a futura esposa de Emilio. Rousseau habla de las similitudes y diferencias entre el hombre y la mujer. Describe las tareas y funciones de una mujer, sus gustos, tendencias, trabajos , vestidos y ornamentos corporales. En todo caso Sofía debe prepararse para ser la compañera inseparable de Emilio, para servirle en todo momento.

Frases

- La mujer está hecha para someterse al hombre, incluso para soportar sus injusticias.

-Sofía es de índole apacible, tiene buen natural y el corazón muy sensible, y esa excesiva sensibilidad algunas veces agita tanto su imaginación que no es fácil moderarla.

-Sofía debe ser mujer como Emilio es hombre, o sea, que debe poseer todo lo que conviene a la constitución de su sexo y su especie con el fin de ocupar el puesto adecuado en el orden físico y moral.

-Las criaturas de uno y otro sexo tienen muchas cosas comunes, y así debe ser. ¿No los tienen también cuando son mayores? Tienen otros gustos peculiares que las distinguen. Los muchachos anhelan estrépito y bullicio, tambores, peonzas, carricoches; las muchachas gustan más de lo que da en los ojos y sirve de adorno; espejos, sortijas, trapos y, sobre todo, muñecas, que es la diversión peculiar del sexo; aquí tenemos determinado con toda evidencia su gusto por su destino. En el adorno está cifrado lo físico del arte de agradar y lo físico es todo lo que de este arte pueden cultivar las criaturas.

-Las hijas deben ser siempre sumisas, pero las madres no pueden ser siempre inexorables. Para hacer dócil a una joven, no es necesario hacerla infeliz, ni es preciso entontecerla para que sea modesta; por el contrario, no me parecería mal que alguna vez le dejasen hacer uso de su habilidad, no para eludir el castigo de su desobediencia, sino para eximirse de que la

hicieran obedecer.

-Por lo demás, si hay figuras que necesitan adornos, no hay ninguna que exija ricos atavíos. Los costosos adornos son una vanidad de la clase y no de la persona, y dependen únicamente de la preocupación. La coquetería a veces es rebuscada, pero jamás es ostentosa, y Juno se engalanaba con mayor riqueza que Venus. “No pudiendo hacerla hermosa, la haces rica#, decía Apeles a un mal pintor que pintaba a Elena cargada de adornos. También he podido darme cuenta de que las alhajas más preciosas eran llevadas por mujeres feas; no es posible tener una vanidad más desgraciada. Procurad que una joven tenga gusto y desprecie la moda, cintas, gasas, muselina y flores, y sin diamantes, dijes ni encajes, va a idear un traje que dé cien veces más realce a su hermosura que todos los brillantes harapos de la modista más encopetada.

-La esperanza es más dulce que la posesión.

- Mejor que ella filosofarán ellos acerca del corazón humano, pero ella leerá mejor en el corazón de los hombres.

- El mundo es el libro de las mujeres, y cuando ellas lo lean mal, suya es la culpa, porque acaso alguna pasión las ciega.

- Los conventos son verdaderas escuelas de hipocresía.

- El imperio de la mujer es un imperio de dulzura, de habilidad y condescendencia; sus órdenes son los halagos y sus amenazas los llantos. Debe reinar en casa como un ministro en la nación, procurando que le manden lo que quiere hacer.

- El pensar es un arte que se aprende al igual que los demás, pero con mayor dificultad.

- El más ilustrado de los filósofos es la conciencia; no necesita saber los Oficios, de Cicerón, para ser un hombre de bien.

Las caminatas. Los viajes a pie.

- Un solo modo concibo de viajar más agradablemente que a caballo, y es ir a pie. Uno sale cuando quiere, se para cuándo se le antoja, anda mientras le apetece. Observa el país, ahora a la izquierda y luego a la derecha, mira lo que le interesa, se detiene donde el paisaje le gusta. Si veo un río, sigo su corriente; si un espeso bosque, disfruto de su sombra; si una gruta, la visito; si una cantera, observo los minerales. Donde me divierto me paro, y en cuanto me aburro, me voy. No dependo ni de caballos ni de postillón; no necesito atajos ni caminos fáciles; por donde puede pasar un hombre, paso yo; todo lo que puede ver un hombre, lo veo yo, y dependiendo sólo de mí mismo, disfruto de la mayor libertad. Si me detiene el mal tiempo y me canso de esperar, pido caballos.

-Viajar a pie es viajar como Tales, Platón y Pitágoras. Apenas puedo comprender cómo un filósofo viaja de otro modo, y sin ver las riquezas que tiene a sus plantas y que la prodiga la naturaleza.

- ¿Quién que tenga inclinación por la historia natural puede pasar por un terreno sin examinarlo, ver una roca sin descantillarla, montes sin herborizar, pedregales sin buscar fósiles? Vuestros filósofos de estrado estudian la historia natural en gabinetes; entienden de esto y de lo otro y no tienen la menor idea de la naturaleza.

-¡Cuántos placeres diferentes se reúnen con ese agradable modo de viajar! Sin contar que se fortalece la salud y el buen humor es mejor cada vez.

-Siempre he visto que los que viajaban en buenos y cómodos coches iban pensativos, tristes, regañones y nerviosos, y los que van a pie siempre alegres, ágiles y satisfechos… ¡Cómo se ensancha el corazón cuando se llega a la posada! ¡Qué sabrosa es la vulgar comida! ¡Con qué satisfacción se sienta uno a la mesa! ¡Qué bien se duerme en un duro lecho! El que sólo quiere llegar, puede correr a la posta, pero el que quiere viajar, debe ir a pie.

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