LA IGLESIA DURANTE EL STALINISMO
Edgardo Malaspina
1
Los
procesos contra la iglesia se iniciaron inmediatamente al triunfar la
revolución. Había que combatir la religión. Porque Marx abordó el tema de la
religión de manera irresponsable y superficial: la religión es el opio de los
pueblos. Y cualquiera sabe que detrás de
las creencias religiosas hay toda una gama de elementos culturales y
psicológicos profundamente arraigados.
Las propiedades de la iglesia fueron
confiscadas en todo el país. Cerraron conventos y expropiaron sus tierras. Pero
también se robaron cálices, bandejas y lámparas.
2
La
iglesia ortodoxa rusa sufrió ultrajes, burlas; y a pesar de que los
bolcheviques hablaban de la libertad de
conciencia atropellaban a los religiosos.
3
Curas
y obispos fueron fusilados en juicios sumariales. Soljenitsin narra en
Archipiélago Gulag cómo se persiguió a creyentes por cargar en su cuello una
simple cadena con una cruz. ¡Persiguieron a los cristianos a la manera de los
tiempos del Imperio Romano!
4
Los
soviéticos entraban a las iglesias sin quitarse los gorros y fumando. En la
ciudad de Svenigorod tomaron la calavera de un santo, el venerable Sabas, y
escupieron sobre ella para demostrar la falacia de la santidad. El pueblo se
alzó y mató a uno de los gendarmes. Los funcionarios que cometieron estos
desmanes contra la iglesia fueron pasados a los tribunales. El juicio terminó
con cárcel para…los frailes.
5
Stalin
destruyó más de mil templos. El más emblemático, el templo de Cristo Salvador,
el más grande de Rusia, también lo volvió polvo. Se construyó por más de 40
años para celebrar la victoria sobre Napoleón Bonaparte en 1812. Fue inaugurado
en 1883 en presencia de algunos pocos
viejos soldados sobrevivientes que
enfrentaron a los franceses. En 1931 lo dinamitaron por órdenes de Stalin. Se
argumentó que “no tenía valor artístico y era símbolo del militarismo”. En su
lugar se hizo una piscina olímpica porque al derrumbarlo apareció agua. Se
decía que el manantial era indetenible. La gente interpretó el hecho como una
señal mística. En el 2000 nuevamente fue levantado el templo que tiene más de
100 metros de altura, la superficie de 80 metros simboliza la Plaza Roja, y su capacidad es
para diez mil personas.
6
El
filósofo Juan Nuño dijo que mientras la iglesia ortodoxa rusa era perseguida se
estaba fortaleciendo en la clandestinidad.
En
efecto, al caer la URSS se supo toda la verdad: la gente se inscribía en el
Partido, pero seguía celebrando misas a escondidas. Todos los iconos y
elementos de la liturgia fueron conservados porque los creyentes “acataron las órdenes
de destruirlos, pero no las cumplieron”.
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