LA
ESENCIA DEL CRISTIANISMO, SEGÚN FEUERBACH (1804-1872)
Edgardo
Rafael Malaspina Guerra (Universidad Rómulo Gallegos, Venezuela)
(Resumen
del libro)
1
INTRODUCCIÓN
Cuando
Ludwig Feuerbach publicó su más famoso libro “La esencia del cristianismo”
(1841) lo hizo para demostrar el origen antropológico de esta religión: no fue
Dios quien creó al hombre a su imagen y semejanza, todo fue al contrario.
Feuerbach
afirma: la filosofía surgió para criticar a la religión, no para fundamentarla.
Primero está el hombre y luego sus ideas, y entre estas se incluye la religión.
Dios
es una creación humana.
Dios
refleja nuestros deseos no realizados.
Invocamos
a Dios en la miseria, en la necesidad, en la privación.
Los
hombres que sufren inventan a Dios.
Dios
es el eco de nuestro grito de dolor.
Dios
es nuestra conciencia.
Homo homini deus est (el hombre es dios para
el hombre).
Cuanto
más engrandece el hombre a Dios, más se empobrece a sí mismo.
El
hombre proyecta en un ser ideal (irreal) sus cualidades, negándoselas a sí
mismo.
2
La
esencia general del hombre radica en la razón, la voluntad y el corazón. Es
decir, en la fuerza del pensamiento, la voluntad, los sentimientos, el
conocimiento, la energía del carácter y el amor.
3
En
la religión el hombre se despersonifica en dos cuando se contrapone a Dios:
Dios
es infinito, el hombre es finito.
Dios
es perfecto, el hombre es imperfecto.
Dios
es eterno, el hombre es mortal.
Dios
como la contra del hombre, la esencia no humana.
4
La
razón nos hace ver los defectos de
nuestros seres queridos e incluso los propios.
Dios
depende de la razón.
Las
cualidades positivas en el hombre son muchas pero limitadas, mientras que en
Dios son ilimitadas.
La
razón es universal, única e igual para
todos los hombres; y esta unidad es la unidad de Dios.
5
(Dios
como esencial moral o ley)
La
religión necesita de un objeto que se diferencie del hombre y al mismo tiempo
tenga cualidades humanas para otorgarlas a Dios.
Si
Dios se diferencia mucho del hombre,
entonces el hombre no se interesará por Él.
El
hombre se parece a Dios, para eso lo ha creado: para consolarse con él.
Dios
es la conciencia del hombre.
6
(Dios
como esencia del corazón)
Dios
se hizo hombre porque antes era hombre.
Dios
es amor y nos ama. Nosotros amamos a Dios porque amamos a los humanos.
El
amor de Dios es simplemente nuestro amor.
Las
religiones politeístas ( en India, Grecia, etc.) tienen a dioses que son
simples copias de los hombres. La religión cristiana crea a un “Dios verdadero”, diferente de los
hombres, pero con cualidades humanas.
7
(El
misterio del Dios Mártir)
El
fin del sacrificio de Cristo no es la salvación de nosotros porque ese es un
acto muy efímero; sino mostrar como Él sufre, no por ÉL mismo, sino por
nosotros. El sufrimiento es una expresión de los sentidos y un mal propio del
humano.
8
El
hombre que tiene sus fines definidos y los persigue es más feliz que el que no
los tiene aunque este último sea mejor.
9
(El
Misterio de la Trinidad y de la madre de Dios)
Dios
(padre, primera persona de la Trinidad) es la razón, pero Él está en la más
completa soledad como sólo puede estar el hombre con sus pensamientos. Cuando
amamos no estamos solos porque necesitamos del otro yo para amarlo.
La
segunda persona de la Trinidad es el
hijo para que Dios salga de su soledad.
La
tercera persona de la Trinidad es más alegórica que las primeras, y se puede
decir que es el amor. Pero el amor más grande es el de las madres y el amor
hacia las madres, por eso es necesario crear la madre de Dios. Quien no quiere
a una mujer no puede querer nada.
10
(El
significado de la creación en el judaísmo)
La
base de la creación no es el subjetivismo, sino el egoísmo. La creación aparece
sólo cuando el hombre ve a la naturaleza como un medio práctico para satisfacer
su voluntad y necesidades.
El
principio máximo para el judaísmo es el utilitarismo, la ventaja: los ríos se
convierten en sangre, el sol cambia su
dirección, el pan es multiplicado, el agua se transforma en vino. Todos estos
fenómenos antinaturales se realizan a favor de Israel por la sola voluntad de
Jehová. Todo esto representa el egoísmo del pueblo de Israel, excluyendo a los
demás pueblos. La intolerancia es
absoluta, y he allí el secreto del monoteísmo.
Los
griegos veían la naturaleza teóricamente. En el paso armónico de las estrellas
ellos escuchaban la música celestial.
Los
griegos veían como de la espuma del
océano-creador emergió la naturaleza en forma de Venus.
Los
israelitas, al contrario, trataban a la naturaleza desde el punto de vista de
la gastronomía. Todos los eventos de la naturaleza los encontraban en el
estómago. Reconocían a su Dios sólo cuando comían maná.
Los
griegos se ocupaban de las humanidades, del arte libre, la filosofía. Los
israelitas no pasaron más allá de la
simple teología con ganancia. Cuando Moisés subió a la montaña y vio a Dios, lo
hace en busca de bebida y comida.
Estas
particularidades los hebreos las conservan y en la actualidad. Su Dios es el
principio más práctico del mundo: el
egoísmo en forma de religión. El egoísmo es el monoteísmo.
Tanto
la ciencia como el arte salen del politeísmo.
El
politeísmo es el conocimiento espiritual de todo lo bello del universo. Así lo
entendía Salomón (quien se postraba ante dioses externos) cuando apreciaba los
cedros del Líbano, lo minerales o el vuelo de los pájaros, porque aceptaba el
politeísmo en forma de sus gustos e ideas.
11
(El
misterio de la resurrección)
El
hombre cree en la inmortalidad, pero no en la del espíritu como pensaban los
antiguos filósofos, sino en la del cuerpo. Sin embargo, no tiene prueba de ello
por eso necesita de un ejemplo, y ese ejemplo es Cristo. Ahora el hombre está
seguro de que resucitará ya que Dios-hijo pudo resucitar.
12
(El
misterio del nacimiento sobrenatural)
El
subjetivista cree sólo en su fantasía y no acepta ninguna ley material. Él cree
en lo que quiere y por eso no ve la realidad que lo rodea. Él no quiere una
flor si tiene espinas. Él ama lo puro. Él ama una mujer pura y virgen y al
mismo tiempo ama la madre, pero a una madre pura y virgen que tenga un hijo en
las manos, y cuyo embarazo no sea humano.
De
esta manera se resuelve la contradicción del cristianismo: Cristo debe
nacer no del pecado original, sino de
una madre virgen.
13
(La
contradicción de la Trinidad)
La
Trinidad es la contradicción entre el politeísmo y el monoteísmo, entre la
fantasía y la razón.
La
fantasía es la Trinidad y la razón es la unidad de las personas.
Los
dioses del Olimpo eran en realidad personas en su esencia. Como individuos y
como dioses eran todos iguales entre sí.
Ellos eran dioses o personas divinizadas.
Las
tres personas de la Trinidad cristiana,
al contrario, en su esencia son personas en la fantasía.
Las
tres divinas personas (politeísmo) son una sola persona (monoteísmo).
Si
el padre es Dios, el hijo es Dios y el espíritu también es Dios; entonces por
qué no admitimos que son tres dioses.
San
Agustín escribió: Si yo afirmo que hay tres dioses estaría contradiciendo la
Biblia que dice: “Escucha Israel, tu Dios es uno solo. Por eso decimos tres
divinas personas y no tres dioses”.