FILOSOFÍA

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lunes, 5 de marzo de 2018

ECONOMÍA DEL SOCIALISMO, INCLUYENDO LA DEL SIGLO 21



ECONOMÍA DEL SOCIALISMO, INCLUYENDO LA DEL  SIGLO 21.

Edgardo Malaspina
1
En mis tiempos de estudiante de medicina cursaba una asignatura en las afueras de Moscú. El bus tardaba más de una hora en llegar al hospital, pero el tiempo se hacía breve porque el chofer era un anciano que hablaba más de la cuenta y nos entretenía. Tomaba el micrófono, decía el nombre de la parada y empezaba con sus comentarios. Una vez dijo:¡Dios mío que tiempo tan helado, como para estar en casa, beber té caliente  con limón y ver la nevada desde la ventana¡
Siempre, luego de un comentario banal, venía un sarcasmo político o una pregunta irónica:
¿Existirá el dinero en el comunismo? Y el mismo contestaba: creo que sí, pero en el bolsillo de algunos vivos, porque las carteras de los tontos estarán vacías.
Todos reíamos y reconocíamos la valentía del viejito porque esas cosas no se decían en voz alta.
2
No había internet, ninguna página; y sin embargo, todos sabíamos el curso del “negro”. Bastaba con preguntar a cualquiera en cuánto amaneció. El problema del paralelo es más que una simple página de la red. Es una catástrofe de una ideología, cuya práctica demostró su inviabilidad.
3                                                                                                      
Nikita Jruschov pronosticó que para 1980 ya el dinero no circularía porque el comunismo ya habría llegado. Esta tesis aparecía en los libros escolares, y se estudiaba hasta que lo destituyeron.
4
Jruschov suponía que en el comunismo, el  “hombre nuevo” no recurriría al  dinero. Entraría a un centro comercial, tomaría lo que  necesitaba, pasaba con su carrito lleno de mercancías a través de los controladores, quienes ni siquiera lo detendrían para ver que había tomado. Se suponía que tenía necesidad de esos productos.
5
Digresión: Cuando Nikita Jruschov colocó los misiles en Cuba y luego los retiró en la Crisis de Octubre, su amigo Fidel Castro lo mandó a insultar con sus colectivos chavistas de aquella época que gritaban:
Nikita
Mariquita
Lo que se da
No se quita.
6
Los extremos se unen. De tanto despotricar del imperialismo, los rojos se parecen a los verdes. El control de cambio hizo que todo se valorara en dólares. Cualquier buhonero te cobra su mercancía en dólares.
7
Marx dijo que el dinero es un medio que sirve para valorar el trabajo. Pero en Venezuela ha devenido en simple mercancía: el dinero efectivo  se compra y se vende.
8
Dan unos aumentos sin respaldo. No hay efectivo. No  hay papel ni para escribir ni para limpiarse el… mucho menos para hacer billetes.
“Acabaron con la plata y se echaron a reír, pero les puede salir el tiro por la culata” (La grey zuliana, Ricardo Aguirre).
9
Jruschov  acertó en eso de la desaparición del dinero, pero se equivocó en el tiempo y el espacio. De hecho, el dinero desapareció no en la Unión Soviética ni tampoco en 1980. Desapareció en Venezuela y en el 2018.
¿Significa eso que ya llegamos al comunismo?
10
En esta revolución no hay efectivo.   Y esa es la demostración más palmaria de que esta es una revolución inefectiva.



domingo, 4 de marzo de 2018

FISIOLOGÍA Y FILOSOFÍA DEL SUEÑO





FISIOLOGÍA Y FILOSOFÍA DEL SUEÑO
Edgardo Malaspina
1
En la Antigüedad los sueños eran confundidos con la realidad y por eso la gente hablaba con ángeles y personajes maravillosos. Heráclito aclaró que los sueños son un fenómeno natural.
2
 Hay quienes ven premoniciones  en los sueños, y un ejemplo es el  sueño del faraón con las vacas y la interpretación que le dio José. En nuestro país, en otros tiempos, la gente solía cenar opíparamente para soñar con los números de la lotería.
El marqués de Sade decía: es una verdad universalmente comprobada que el hombre concede mayor importancia de la debida a los sueños y presentimientos.
3
Los médicos antiguos pedían a sus pacientes relatar sus sueños.  Un sueño o pesadilla puede ser una manifestación de alguna enfermedad: soñar que corres y te cansas puede ser la forma como una taquicardia se manifiesta.
4
 Existió una teoría según la cual soñar que te estás cayendo es una reminiscencia de cuando fuimos monos y brincábamos de rama en rama. Ahora sabemos que eso se debe al movimiento brusco de las piernas cuando dormimos.
5
  En el sueño el cerebro sigue trabajando: el químico alemán Augusto Kekulé vio en sueños una culebra mordiéndose la cola y así descubrió los anillos del benceno; y el matemático hindú Ramanujan vio en sueños el número pi.
6
 Soñar con los seres queridos que se han ido es una manera peculiar de seguir teniéndolos cerca.
7
 Calderón de la Barca escribió  que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son. ¿Y si la vida es un sueño, la muerte es un despertar?
8
Freud dijo que nuestros sueños son deseos reprimidos.
9
Rabindranaz Tagore afirmó que dormir sin soñar es la oscuridad, mientras que Baudelaire consideraba que la verdadera realidad sólo se halla en los sueños.
10
 Argenis Rodríguez escribió: “…Yo sueño todas las noches, y me desvivo por soñar, tanto, que cuando no sueño me digo que he perdido mi noche” . (Los caminos nocturnos).
11
 La Premio Nobel Tomasa Transtromer expresó que soñar es una fiesta y despertar es una desilusión.
12
Hagamos el siguiente experimento mental al despertar descansados en la mañana: preguntémonos dónde estábamos. La respuesta es en ninguna parte. Hacia allá vamos: hacia ninguna parte. En efecto,  el sueño es el mecanismo fisiológico de reparar nuestras energías y la manera filosófica de preparase para la muerte.
13
El sueño es una cuota de la muerte. Ya lo dijoVicente Gerbasi: venimos de la noche y hacia la noche vamos.
“Los primeros instantes del sueño son la imagen de la muerte…” (Nerval).
14
“Hay algo en estas soledades que a cada paso nos recuerda la  muerte.  Aquí es donde mejor se comprende que, después de morir, no hay nada; que la muerte es el fin irremediable y definitivo.  Recorriendo las llanuras he aprendido a negar la existencia del alma”. (Pedro Sotillo en su relato “Los caminos nocturnos”)
15
No hay más nada después de la muerte. Así lo entendía el médico y escritor ruso Antón Chejov : “Creer en la inmortalidad del alma es una cobardía que reconforta”.