FILOSOFÍA

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miércoles, 21 de febrero de 2024

PIENSA COMO UN EMPERADOR ROMANO

 

 

 

PIENSA COMO UN EMPERADOR ROMANO

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

 


Donald Robertson en “Piensa como un emperador romano” (2020) hace un repaso de la historia del estoicismo , desde sus primeros representantes hasta otros muy prominentes figuras  de esta filosofía; no obstante, se detiene en  la de Marco Aurelio para darle cuerpo a su libro y esbozar sus puntos de vista y consejos. Habla también de cómo  practicar el estoicismo en las condiciones del mundo actual, convulsionado por el inmenso flujo de información estresante.

FRASES Y PÁRRAFOS QUE ME GUSTARON

1

El valor potencial del estoicismo me llegó de golpe de inmediato al descubrir ¿Qué es la filosofía antigua? (1998) y Filosofía como forma de vida (2004), del experto francés Pierre Hadot. Como sugiere el segundo título, Hadot exploró a profundidad la idea de que las filosofías occidentales antiguas de hecho abordaban la filosofía como una forma de vida.

2

En Estados Unidos, el comercializador y empresario Ryan Holiday acogió el estoicismo en El obstáculo es el camino (2014) y Estoicismo cotidiano (2016, en coautoría con Stephen Hanselman). Más tarde, en el Reino Unido, el ilusionista y celebridad televisiva, Derren Brown, publicó un libro llamado Feliz (2017), que se inspiraba en los estoicos. Estos autores estaban llegando a toda una nueva audiencia que iba más allá de la academia y a la que le presentaban el estoicismo como una forma de autoayuda y una filosofía de vida. El científico escéptico y profesor de filosofía Massimo Pigliucci publicó Cómo ser un estoico en 2017. Ese mismo año, el político republicano Pat McGeehan lanzó El estoicismo y la casa del Estado. El estoicismo también era usado en el ejército, como parte del Entrenamiento de Resiliencia del Guerrero, del coronel Thomas Jarrett. El ejecutivo de la NFL y antiguo entrenador de los Patriotas de Nueva Inglaterra, Michael Lombardi, lo acogió también, y la filosofía comenzó a ganar más y más adherentes en el mundo de los deportes.

3

Galeno, había observado que las víctimas morían inevitablemente cuando sus heces se volvían negras, una señal de sangrado intestinal.

4

Sócrates solía decir que la muerte es como un bromista con una máscara atemorizante, vestido como un ser aterrador para asustar a los niños pequeños. El hombre sabio remueve la máscara con cuidado y, al mirar tras ella, descubre que no hay por qué temer.

5

Marco escribió que nadie es tan afortunado como para no tener a una o dos personas junto a su lecho de muerte que reciban con satisfacción su deceso. Dice que en su propio caso, como emperador, puede pensar en cientos de individuos con valores que entran en conflicto con los suyos,

quienes estarían más que felices de verlo muerto.

6

Los estoicos enseñaron que el hombre sabio siente una inclinación natural a escribir libros que ayuden a otras personas.

7

Aaron T. Beck, fundador de la terapia cognitiva, aconsejaba a sus pacientes que sufrían de ansiedad escribir «guiones descatastrofizadores», en los cuales describían eventos angustiantes de forma factual, sin juicios de valor duros ni lenguaje emotivo: «Perdí mi empleo y ahora debo buscar un nuevo» en vez de: «Perdí mi trabajo y no hay nada que pueda hacer al respecto; ¡es un total desastre!».

8

Cuando era joven, Galeno se preguntó por qué la máxima del Oráculo de Delfos, «conócete a ti mismo», debía tenerse en tan alta estima. ¿Acaso no todos se conocen ya a sí mismos? Pero de a poco llegó a darse cuenta de que solo los más sabios llegan a conocerse a sí mismos de verdad. Los demás, observó Galeno, tendemos a caer en una trampa de suponer que estamos del  todo libres de defectos o que estos son pocos, leves e infrecuentes.

9

El término mentor proviene de la Odisea de Homero. Atenea, la diosa de la sabiduría y la virtud, se disfraza como un amigo de Odiseo, llamado Mentor, para aconsejar a su hijo Telémaco, quien se encuentra en gran peligro. Ella permanece junto a ambos durante la batalla final contra los enemigos de Odiseo, alentando al héroe hacia la victoria.

10

A menudo, escribir hace más vivida y memorable una imagen. Los estoicos consideraban esta práctica como una fuente de alegría sana. Escribir tus pensamientos sobre lo que hace admirable a otra persona, reflexionar sobre ellos y reconsiderarlos te da la oportunidad de procesarlos.

11

Los estoicos escribieron muchos libros en los que describieron su psicoterapia de las pasiones, incluyendo uno escrito por Crisipo, el tercer líder de la escuela, titulado Terapéutica. Por desgracia, ninguno de ellos llegó hasta nuestros días, pero sí sobrevivió un tratado titulado De las pasiones y los errores del alma, escrito por el célebre médico de Marco, Galeno. Erudito con un gusto ecléctico por la filosofía, Galeno había estudiado en un inicio con un estoico llamado Filopáter, y se basó en la filosofía estoica temprana, citando a Zenón, para su propia versión del diagnóstico y cura de pasiones nocivas.

12

SOBRE EL DOLOR

En Meditaciones vuelve en muchas ocasiones a las enseñanzas de Epicuro concernientes al dolor y la enfermedad. En particular le interesa una de las máximas de Epicuro más famosas, o Doctrinas principales, que contiene un consejo para afrontar el dolor. Debemos recordarnos a nosotros mismos, según expresaba Epicuro, que el dolor siempre es soportable porque es o agudo o crónico, pero nunca ambos. El padre de la Iglesia Tertuliano resumió la misma idea de manera clara al decir que Epicuro acuñó la máxima «un dolor pequeño es desdeñable, uno grande no es duradero». Por

tanto, podemos lidiar con un dolor al decirnos a nosotros mismos que no será duradero si es severo o que somos capaces de soportar algo mucho peor si el dolor es crónico. A menudo, las personas objetan al decir que su dolores tanto crónico como severo, sin embargo, en las primeras páginas deMeditaciones, Marco parafrasea la misma cita de Epicuro de la siguiente manera: «Sobre el dolor: si es insoportable, nos hace fallecer; si persiste, podemos soportarlo».12 El punto es que el dolor crónico que está más allá de nuestra habilidad para resistir nos mataría, por lo que el hecho de permanecer vivos prueba que somos capaces de soportar aún más. Aunque puede ser difícil de aceptar para algunas personas, algunos participantes de mis cursos por internet, quienes han sufrido durante muchos años de dolor crónico, han reportado que esta máxima epicúrea les ha sido de gran ayuda, tal como lo fue para mucha gente a lo largo de los siglos pasados. Pero debemos practicar para seguir viendo las cosas de esta forma, tal como debemos practicar para superar hábitos y deseos nocivos. ¿Por qué, con exactitud, las personas de la Antigüedad encontraron útil esta estrategia como un modo de lidiar con el dolor? Cuando la gente de verdad tiene dificultades, se enfoca en su inhabilidad para afrontar y en la sensación de que el problema se está saliendo de control: «¡Ya no puedo soportarlo más!». Esta es una forma de catastrofización: enfocarse demasiado en el peor escenario y sentirse abrumado. Sin embargo, lo que Epicuro quería decir es que al enfocarnos en los límites del dolor, ya sea en términos de duración o severidad, podemos desarrollar un estado mental más orientado al afrontamiento y que se abruma menos por las preocupaciones o las emociones negativas respecto a nuestra condición A Marco también le resultó útil pensar que su dolor estaba confinado en una zona particular del cuerpo en lugar de consumirse imaginándolo como algo más penetrante. El dolor quiere dominar tu mente y volverse toda tu historia. Sin embargo, por lo general, las personas que afrontan bien el dolor lo ven con objetividad, como algo más limitado en su naturaleza, lo cual hace más sencillo que se visualicen afrontándolo de formas diversas. Ciertamente, en otras partes de Meditaciones, agrega un giro estoico al dicho de Epicuro. «El dolor no es ni insoportable ni eterno si estás al tanto de sus límites y no le agregas nada de tu propia imaginación». Lo que Marco quiso expresar es que el dolor es tolerable si recordamos que es nuestra actitud hacia él lo que en realidad determina lo alterados que nos sentimos. Los estoicos indicarían que lo que nos altera no son nuestros dolores o enfermedades, sino nuestros juicios respecto a ellos. Esta es una de las principales herramientas terapéuticas en el arsenal del tratamiento del dolor estoico.

13

Entender es perdonar.

14

El hombre sabio se siente agradecido por los regalos que la vida le ha dado, pero también se recuerda a sí mismo que son un mero préstamo; todo cambia y nada dura para siempre.

15

Puedes adaptar esta rutina diaria para que se vea así:

1.         Meditación matutina. Piensa en el sol naciente, las estrellas y tu pequeño espacio dentro de todo el cosmos. Ensaya mentalmente los eventos clave del día, imaginando cómo lidiarían con los hábitos y deseos Sócrates, Zenón, Marco Aurelio o tu propio modelo a seguir. Imagina cómo planeas lidiar con cualquier reto o qué recursos y virtudes internos puedes emplear.

2.         Durante el día. Practica la conciencia estoica prestando atención a las señales de alerta temprana de los hábitos o deseos que quieres superar. Intenta atraparlas cuando comienzan y córtalas de raíz. Haz una pausa y practica aceptar cualquier sentimiento de incomodidad con indiferencia estoica. Adquiere distancia cognitiva de tus pensamientos y abstente de actuar de acuerdo con tus sentimientos. Lleva a cabo comportamientos sustitutos sanos en su lugar, los cuales contribuirán a un sentido genuino de satisfacción. También puedes mantener un registro por escrito o una lista de ciertos hábitos, como se describió en este capítulo.

3.         Meditación vespertina. Al final nal del día, revisa qué tan bien te fue en términos de actuación en concordancia con tus valores, es decir, con tus virtudes. En relación con los deseos, considera lo que hiciste bien, lo que hiciste mal y lo que podrías hacer de otro modo al siguiente día. Si te ayuda, imagina responder estas preguntas ante un mentor estoico sabio, o incluso un panel de sabios, y considera qué consejos podrían darte. Usa lo que aprendas para prepararte para la meditación matutina del siguiente día.

16

Distanciamiento cognitivo:  La estrategia de manejo del dolor más importante que mencionan Epicteto y Marco es la que hemos llamado «distanciamiento cognitivo». Se resume en una frase que ya te es familiar: «Lo que nos altera no son los eventos, sino nuestros juicios respecto a ellos».

17

Para Marco, lo que importa es dejar de mirar el dolor y la enfermedad a través de la lente del daño. Esos juicios se originan dentro de nosotros y se proyectan hacia el exterior sobre sensaciones corporales y otros eventos externos.

18

Dejemos que la parte del cuerpo afectada se queje si es necesario, dice. La mente no necesita estar de acuerdo ni seguirle la corriente juzgando la sensación como muy mala y dañina.29 Piensa en el dolor en tu cuerpo como si fuera el ladrido de un perro enfurecido; no debes ladrar junto al perro al quejarte de tu propio dolor.

19

Aceptación estoica: Epicteto también decía que debemos aceptar de manera activa la enfermedad y los sentimientos dolorosos si nos ocurren («aceptación estoica»). Indicaba que si nuestros pies tuvieran mente propia, irían voluntariamente al lodo con cada paso que damos, aceptándolo como una parte necesaria de su función natural. Con ello, evoca la vieja metáfora estoica del perro que sigue un carruaje. Un perro atado a un carruaje en movimiento puede jalar su correa y ser arrastrado a la fuerza, o puede aceptar su destino y correr junto al carruaje con suavidad. Ciertamente, una de las de niciones estoicas más antiguas de la meta natural del hombre es que consiste en una vida « uida», libre de luchas innecesarias. El concepto de aceptar radicalmente sentimientos desagradables también se ha convertido en parte central de la terapia cognitivo-conductual moderna. El dolor se vuelve más doloroso cuando luchamos contra él, pero paradójicamente a menudo la carga se aligera si aceptamos la sensación y nos relajamos ante ella o la recibimos de buena fe. Luchar para reprimir, controlar o eliminar sentimientos desagradables agrega otra capa a nuestra miseria y, con frecuencia, resulta contraproducente al empeorar el problema original.

20

Marco imagina a la naturaleza misma como un médico, como Asclepio, el dios de la medicina, prescribiéndole dificultades a modo de remedios dolorosos.Para tomar de manera apropiada la medicina de la naturaleza debemos aceptar nuestro destino y responder de manera virtuosa, con fortaleza y disciplina, para mejorar así nuestro carácter. Por ello, Marco ve la aceptación voluntaria de las di cultades como una psicoterapia de las pasiones. Debemos tragar las amargas píldoras del destino y otros síntomas desagradables de enfermedad cuando nos ocurren.

21

Cuando comenzaba a sentirse frustrado por los eventos, Marco se recordaba: «Esto no es una desgracia, soportarlo con nobleza en realidad es buena fortuna».

22

El sabio ve la vida y la muerte como dos lados de una misma moneda.

23

Esperar que las personas malas no hagan cosas malas es una locura, pues es desear lo imposible.

Desear que los hombres malos nunca hagan algo incorrecto es  tonto . Más aún, aceptar sus malas acciones hacia otros mientras esperamos que nunca nos hagan mal a nosotros es desconsiderado y estúpido. (Marco Aurelio)

24

El antídoto principal contra la ira, para él, es la virtud estoica de la bondad, que de la mano con la equidad conforman la virtud social cardinalnde la justicia. Mientras los estoicos veían a la ira como el deseo de dañar a otros, la bondad es en esencia lo opuesto: buena voluntad hacia otros y deseo de ayudarlos.

25

Marco usó estos diez obsequios de Apolo para afrontar la ira. A lo largo de Meditaciones, vuelve una y otra vez a esta lista:

Es peculiar al hombre amar incluso a quienes hacen lo indebido. Y esto ocurre si cuando hacen el mal te das cuenta de que son congéneres, y de que hacen el mal por ignorancia y sin intención, y de que pronto ambos morirán; y, sobre todo, de que el malhechor no te ha hecho daño, pues no ha hecho [el carácter de tu mente] peor de lo que era antes.

Es claro que se trata de una táctica derivada de los diez obsequios de Apolo, al igual que la siguiente:

¿Con qué te sientes disgustado? ¿Con la maldad de los hombres? Toma esta conclusión con seriedad, que las criaturas racionales han sido hechas las una para la otras; que la tolerancia es parte de la justicia; que los actos indebidos son involuntarios; piensa en cuántos antes de hoy, luego de pasar su vida con hostilidad, sospecha y odio implacables, con dagas empuñadas en contra de otros, han sido sepultados y se han convertido en polvo; piensa en esto, y pon n a tu preocupación de una vez.

Sin embargo, la estrategia en la que más se apoya cuando afronta la ira es el primer obsequio de Apolo y sus musas: se recuerda ver a los demás como sus congéneres, hermanos o hermanas, y que la naturaleza de las personas es trabajar juntas.

I

Debemos ver a nuestros enemigos como parte de nuestra familia. Es nuestro deber aprender a vivir en armonía con ellos de modo que nuestra vida avance sin problemas, incluso si alguien intenta oponérsenos.

II

Empatía. Ponerse en los zapatos del otro.

III

Nadie quiere hacer el mal intencionalmente.

IV

Todos tenemos defectos,

V

No sabemos las causas que mueven a los otros en sus actuaciones.

VI

Recuerda el “Memento mori”.

VII

Aplicar la dicotomía del control.

VIII

La ira sólo provoca daños en nosotros.

IX

Esperar que las personas malas no hagan cosas malas es una locura, pues es desear lo imposible.

X

En la Naturaleza encontramos los recursos para enfrentar la ira.

 

 

 

lunes, 5 de febrero de 2024

LA CONQUISTA DE LA FELICIDAD (1930)

 





LA CONQUISTA DE LA FELICIDAD (1930)

 EDGARDO RAFAEL MALASPINA GUERRA

Asi empieza su libro Bertrand Russell: “He escrito este libro partiendo de laconvicción de que muchas personas que son desdichadas podrían llegar a ser felices si hacen un esfuerzo bien dirigido”.

Este libro, de 190 páginas,a veces parece un tratado de filosofía; y otras, un manual de autoayuda. En todo caso, me gustó mucho. Recibí un gran lección.

FRASES Y PÁRRAFOS QUE ME GUSTARON

1

Las causas de los diversos tipos de infelicidad se encuentran en parte en el sistema social y en parte en la psicología individual.

2

¿De qué serviría hacer rico a todo el mundo, si los ricos también son desgraciados?

3

En la adolescencia, odiaba la vida y estaba continuamente al borde del suicidio, aunque me salvó el deseo de aprender más matemáticas. Ahora, por el contrario, disfruto de la vida; casi podría decir que cada año que pasa la disfruto más.

4

Con los estados de ánimo no hay discusión posible; pueden cambiar debido a algún suceso afortunado o a un cambio en nuestro estado corporal, pero no se pueden cambiar mediante argumentos. Muchas veces he experimentado ese estado de ánimo en que sientes que todo es vanidad; y no he salido de él mediante ninguna filosofía, sino gracias a una necesidad imperiosa de acción.

5

Si yo viviera eternamente, las alegrías de la vida acabarían inevitablemente perdiendo su sabor.

6

El aburrimiento no forma parte del destino natural del hombre, sino que se puede evitar si ponemos suficiente empeño en buscar excitación.

7

Todos los grandes libros contienen partes aburridas, y todas las grandes vidas han incluido períodos sin ningún interés. Imaginemos a un moderno editor estadounidense al que le presentan el Antiguo Testamento como si fuera un manuscrito nuevo, que ve por primera vez. No es difícil imaginar cuáles serían sus comentarios, por ejemplo, acerca de las genealogías. «Señor mío», diría, «a este capítulo le falta garra. No esperará usted que los lectores se interesen por una simple lista de nombres propios de personas de las que no se nos cuenta casi nada. Reconozco que el comienzo de la historia tiene mucho estilo, y al principio me impresionó favorablemente, pero se empeña usted demasiado en contarlo todo.

Realce los momentos importantes, quite lo superfluo y vuelva a traerme el manuscrito cuando lo haya reducido a una extensión razonable». Eso diría el editor moderno, sabiendo que el lector moderno teme aburrirse. Lo mismo diría de los clásicos confucianos, del Corán, de El Capital de Marx y de todos los demás libros consagrados que han vendido millones de ejemplares.

8

Todas las mejores novelas contienen pasajes aburridos. Una novela que eche chispas desde la primera página a la última seguramente no será muy buena novela.

9

Tampoco las vidas de los grandes hombres han sido apasionantes, excepto en unos cuantos grandes momentos. Sócrates disfrutaba de un banquete de vez en cuando y seguro que se lo pasó muy bien con sus conversaciones mientras la cicuta le hacía efecto, pero la mayor parte de su vida vivió tranquilamente con Xantipa, dando un paseíto por la tarde y tal vez encontrándose con algunos amigos por el camino. Se dice que Kant nunca se alejó más de quince kilómetros de Königsberg en toda su vida. Darwin, después de dar la vuelta al mundo, se pasó el resto de su vida en su casa. Marx, después de incitar a unas cuantas revoluciones, decidió pasar el resto de sus días en el Museo Británico. En general, se comprobará que la vida tranquila,es una característica de los grandes hombres, y que sus placeres no fueron del tipo que parecería excitante a ojos ajenos. Ningún gran logro es posible sin trabajo persistente, tan absorbente y difícil que queda poca energía para las formas de diversión más fatigosas, exceptuando las que sirven para recuperar la energía física durante los días de fiesta, cuyo mejor ejemplo podría ser el alpinismo.

10

La capacidad de soportar una vida más o menos monótona debe enseñarse en la infancia.

11

El ritmo de la vida de la tierra es lento; el otoño y el invierno son tan imprescindibles como la primavera y el verano, el descanso es tan imprescindible como el movimiento.

12

La clase especial de aburrimiento que sufren las poblaciones urbanas modernas está íntimamente relacionada con su separación de la vida en la tierra. Esto es lo que hace que la vida esté llena de calor, polvo y sed, como una peregrinación por el desierto.

13

A ESTO LO LLAMO YO “EL SÍNDROME DE LA CARIÁTIDE”.

Uno de los síntomas de la inminencia de una crisis nerviosa es creerse que el trabajo de uno es terriblemente importante y que tomarse unas vacaciones acarrearía toda clase de desastres. Si yo fuera médico, recetaría vacaciones a todos los pacientesque consideraran muy importante su trabajo. La crisis nerviosa que parece provocada por el trabajo se debe en realidad, en todos los casos que he conocido personalmente, a algún problema emocional del que el paciente intenta escapar por medio del trabajo. Se resiste a dejar de trabajar porque, si lo hace, ya no tendrá nada que le distraiga de pensar en sus desgracias, sean las que sean.

14

MÉTODO DE ESCRITURA

Yo he descubierto, por ejemplo, que si tengo que escribir sobre algún tema difícil, el mejor plan consiste en pensar en ello con mucha intensidad —con la mayor intensidad de la que soy capaz— durante unas cuantas horas o días, y al cabo de ese tiempo dar la orden —por decirlo de algún modo— de que el trabajo continúe en el subterráneo. Después de algunos meses, vuelvo conscientemente al tema y descubro que el trabajo está hecho. Antes de descubrir esta técnica, solía pasar los meses intermedios preocupándome porque no obtenía progresos. Esta preocupación no me hacía llegar antes a la solución y los meses intermedios eran meses perdidos, mientras que ahora puedo dedicarlos a otras actividades.

15

La envidia es la base de la democracia. Heráclito afirma que habría que ahorcar a todos los habitantes de Éfeso por haber dicho «ninguno de nosotros estará antes que los demás». El movimiento democrático en los estados griegos debió de inspirarse casi por completo en esta pasión. Y lo mismo se puede decir de la democracia moderna.

16

La modestia innecesaria tiene mucho que ver con la envidia. La modestia se considera una virtud, pero personalmente dudo mucho de que, en sus formas más extremas, se deba considerar tal cosa. La gente modesta necesita tener mucha seguridad, y a menudo no se atreve a intentar tareas que es perfectamente capaz de realizar. La gente modesta se cree eclipsada por las personas con que trata habitualmente. En consecuencia, es especialmente propensa a la envidia y, por la vía de la envidia, a la infelicidad y la mala voluntad.

17

ODIO Y AMISTAD

¿Por qué la propaganda es mucho más efectiva cuando incita al odio que cuando intenta promover sentimientos amistosos? La razón, evidentemente, es que el corazón humano, tal como lo ha moldeado la civilización moderna, es más propenso al odio que a la amistad. Y es propenso al odio porque está insatisfecho, porque siente en el fondo de su ser, tal vez incluso subconscientemente, que de algún modo se le ha escapado el sentido de la vida, que seguramente otros que no somos nosotros han acaparado las cosas buenas que la naturaleza ofrece para disfrute de los hombres.

18

LA MENTIRA

No niego que hay demasiada mentira en el mundo, ni que todos estaríamos mejor si aumentara la sinceridad, pero sí niego que, como creo que haría toda persona razonable, mentir no esté justificado en ninguna circunstancia. Una vez, paseando por el campo, vi un zorro cansado, al borde del agotamiento total, pero que aún se esforzaba por seguir corriendo. Pocos minutos después vi a los cazadores. Me preguntaron si había visto al zorro y yo dije que sí. Me preguntaron por dónde había ido y yo les mentí. No creo que hubiera sido mejor persona si les hubiera dicho la verdad.

19

Según la ley de probabilidades, las diferentes personas queviven en una determinada sociedad sufrirán, a lo largo de su vida, más o menos la misma cantidad de malos tratos. Si una persona de cierto ambiente asegura ser víctima de un maltrato universal, lo más probable es que la causa esté en ella misma, y que o bien se imagina afrentas que en realidad no ha sufrido, o bien se comporta inconscientemente de tal manera que provoca una irritación incontrolable.

20

Por lo general, «hacer el bien» a la gente consiste en privarle de algún placer: la bebida, el juego, la ociosidad o algo por el estilo. En este caso, hay un elemento que es típico de gran parte de la moral social: la envidia que nos dan los que están en posición de cometer pecados de los que nosotros tenemos que abstenernos si queremos conservar el respeto de nuestros amigos. Los que votan, por ejemplo, a favor de la prohibición de fumar (leyes así existen o han existido en varios estados de Estados Unidos) son, evidentemente, no fumadores para los que el placer que otros obtienen del tabaco es una fuente de dolor.

21

El dramaturgo cuyas obras nunca tienen éxito debería considerar con calma la hipótesis de que sus obras son malas; no debería rechazarla de antemano por ser evidentemente insostenible. Si descubre que encaja con los hechos, debería adoptarla, como haría un filósofo inductivo.

22

Si un hombre es un genio a quien su época no quiere reconocer como tal, hará bien en persistir en su camino aunque no reconozcan su mérito. Pero si se trata de una persona sin talento, hinchada de vanidad, hará bien en no persistir. No hay manera de saber a cuál de estas dos categorías pertenece uno cuando le domina el impulso de crear obras maestras desconocidas. Si perteneces a la primera categoría, tu persistencia es heroica; si perteneces a la segunda, es ridícula. Cuando lleves muerto cien años, será posible saber a qué categoría pertenecías.

23

Si usted sospecha que es un genio pero sus amigos sospechan que no lo es, existe una prueba, que tal vez no sea infalible, y que consiste en lo siguiente: ¿produce usted porque siente la necesidad urgente de expresar ciertas ideas o sentimientos, o lo hace motivado por el deseo de aplauso? En el auténtico artista, el deseo de aplauso, aunque suele existir y ser muy fuerte, es secundario, en el sentido de que el artista desea crear cierto tipo de obra y tiene la esperanza de que dicha obra sea aplaudida, pero no alterará su estilo aunque no obtenga ningún aplauso. En cambio, el hombre cuyo motivo primario es el deseo de aplauso carece de una fuerza interior que le impulse a un modo particular de expresión, y lo mismo podría hacer un tipo de trabajo totalmente diferenteEsta clase de hombre, si no consigue que se aplauda su arte, lo mejor que podría hacer es renunciar.

24

Reconocer que nuestros méritos no son tan grandes como habíamos pensado puede ser muy doloroso en un primer momento, pero es un dolor que pasa, y después vuelve a ser posible vivir feliz.

25

Un hombre inteligente que viva en una ciudad tan grande como Londres o Nueva York casi siempre puede encontrar un entorno con el que congeniar, en el que no sea necesario reprimirse ni portarse con hipocresía. Pero si su trabajo le obliga a vivir en una población pequeña y, sobre todo, si necesita conservar el respeto de la gente corriente, como ocurre por ejemplo con los médicos y abogados, puede verse obligado durante casi toda su vida a ocultar sus verdaderos gustos y convicciones a la mayoría de las personas con que trata a lo largo del día.

26

La felicidad es más fácil si uno se relaciona con personas de gustos y opiniones similares.

27

Yo, por ejemplo, colecciono ríos: me produce placer haber bajado por el Volga y subido por el Yangtsé, y lamento mucho no haber visto aún el Amazonas ni el Orinoco.

28

La persona capaz de olvidar sus preocupaciones gracias a un interés genuino por, pongamos por ejemplo, el Concilio de Trento o el ciclo vital de las estrellas, descubrirá que al regresar de su excursión al mundo impersonal ha adquirido un aplomo y una calma que le permiten afrontar sus problemas de la mejor manera, y mientras tanto habrá experimentado una felicidad auténtica, aunque pasajera.

29

El secreto de la felicidad es éste: que tus intereses sean lo más amplios posible y que tus reacciones a las cosas y personas que te interesan sean, en la medida de lo posible, amistosas y no hostiles.

30

Pensemos en las diferentes cosas que pueden llamarnos la atención durante un paseo por el campo. A uno le pueden interesar los pájaros, a otro la vegetación, a otro la agricultura, a otro la geología, etc. Cualquiera de estas cosas es interesante si a uno le interesa; y siendo iguales todas las demás condiciones, el hombre interesado en cualquiera de ellas está mejor adaptado al mundo que el no interesado.

31

En todas estas diferentes situaciones, el hombre con entusiasmo por la vida tiene ventaja sobre el hombre sin entusiasmo. Incluso las experiencias desagradables le resultan útiles. Yo me alegro de haber olfateado una multitud china y una aldea siciliana, aunque no puedo decir que experimentara mucho placer en el momento. Los aventureros disfrutan con los naufragios, los motines, los terremotos, los incendios y toda clase de experiencias desagradables, siempre que no lleguen al extremo de perjudicar gravemente su salud. Si hay un terremoto, por ejemplo, se dicen: «Vaya, de modo que así son los terremotos», y les produce placer este nuevo añadido a su conocimiento del mundo.

32

Es típico de la condición humana estar más dispuesta a conceder su afecto a quienes menos lo solicitan.

33

El adulto que desea tener una relación feliz con sus hijos o proporcionarles una vida feliz debe reflexionar a fondo sobre la paternidad; y después de reflexionar, debe actuar con inteligencia.

34

En relación con los hijos, los sacrificios que tuvo que hacer para tenerlos están tan presentes en su mente que es casi seguro que exija una recompensa mayor de la que sería lógico esperar; y el constante hábito de atender a detalles triviales la volverá quisquillosa y mezquina. Ésta es la más perniciosa de todas las injusticias que tiene que sufrir: que precisamente por cumplir con su deber para con su familia pierde el cariño de ésta, mientras que si no se hubiera preocupado por ellos y hubiera seguido siendo alegre y encantadora, probablemente la seguirían queriendo.

35

Es probable que los esclavos odiaran a sus amos, aunque esto no era, ni mucho menos, tan universal como la teoría democrática quiere hacernos creer. Pero aunque odiaran a sus señores, los señores ni se enteraban, y en todo caso los señores eran felices. Todo esto cambió con la aceptación general de la democracia: los esclavos que antes se resignaban dejaron de resignarse; los señores que antes no tenían ninguna duda acerca de sus derechos empezaron a dudar y a sentirse inseguros.

36

El cambio en las relaciones entre padres e hijos es un ejemplo particular de la expansión general de la democracia. Los padres ya no están seguros de sus derechos frente a sus hijos; los hijos ya no sienten que deban respeto a sus padres. La virtud de la obediencia, que antes se exigía sin discusión, está pasada de moda, y es justo que así sea.

37

Una de las causas de infelicidad entre los intelectuales de nuestra época es que muchos de ellos, sobre todo los que tienen talento literario, no encuentran ocasión de ejercer su talento de manera independiente.

38

La constancia en los propósitos no basta para hacerle a uno feliz, pero es una condición casi indispensable para una vida feliz. Y la constancia en los propósitos se encarna principalmente en el trabajo.

39

Ninguno de nosotros va a estar mucho tiempo en este mundo, y cada uno, durante los pocos años que dure su vida, tiene que aprender todo lo que va a saber sobre este extraño planeta y su posición en el universo. Desaprovechar las oportunidades de conocimiento, por imperfectas que sean, es como ir al teatro y no escuchar la obra. El mundo está lleno de cosas, cosas trágicas o cómicas, heroicas, extravagantes o sorprendentes, y los que no encuentran interés en el espectáculo están renunciando a uno de los privilegios que nos ofrece la vida.

40

La persona capaz de la grandeza de alma abrirá de par en par las ventanas de su mente, dejando que penetren libremente en ella los vientos de todas las partes del universo.

41

El que no hace nada para distraer la mente y permite que sus preocupaciones adquieran absoluto dominio sobre él, se porta como un insensato y pierde capacidad para afrontar sus problemas cuando llegue el momento de actuar.

42

No conviene dejarse hundir en la pena. El dolor es inevitable y natural, pero hay que hacer todo lo posible por reducirlo al mínimo. Es puro sentimentalismo pretender extraer de la desgracia, como hacen algunos, hasta la última gota de sufrimiento. Naturalmente, no niego que uno pueda estar destrozado por la pena; lo que digo es que hay que hacer lo posible para escapar de ese estado y buscar cualquier distracción, por trivial que sea, siempre que no sea nociva o degradante.

43

Para soportar bien la desgracia cuando se presenta conviene haber cultivado en tiempos más felices cierta variedad de intereses, para que la mente pueda encontrar un refugio inalterado que le sugiera otras asociaciones y otras emociones diferentes de las que hacen tan insoportable el momento presente.

44

Dejarse derrotar por una pérdida, e incluso por varias, no es algo digno de admiración como prueba de sensibilidad, sino algo que habría que deplorar como un fallo de vitalidad.

45

El sabio no se fija en el polvo que la sirvienta no ha limpiado, en la patata que el cocinero no ha cocido, ni en el hollín que el deshollinador no ha deshollinado. No quiero decir que no tome medidas para remediar estas cuestiones, si tiene tiempo para ello; lo que digo es que se enfrenta a ellas sin emoción.

46

La preocupación, la impaciencia y la irritación son emociones que no sirven para nada.

47

El que ha conseguido liberarse de la tiranía de las preocupaciones descubre que la vida es mucho más alegre que cuando estaba perpetuamente irritado.