FILOSOFÍA

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miércoles, 15 de junio de 2022

NIETZSCHE :HOMERO Y LA FILOLOGÍA CLÁSICA ( 1869).

 


NIETZSCHE :HOMERO Y LA FILOLOGÍA CLÁSICA ( 1869).

 

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

LA CUESTIÓN HOMÉRICA: Una serie de incógnitas planteadas en torno a los poemas homéricos. Dos de los interrogantes más debatidos son quién o quiénes fueron sus autores y de qué modo fueron elaborados.

Nietzsche en su conferencia inaugural en la Universidad de Basilea (1869) aborda la denominada “Cuestión homérica”: ¿Quién escribió en realidad La Ilíada y La Odisea? ¿Un poeta genial o esas grandes obras son producto de la poesía popular transmitida de generación en generación y luego revisada y aumentada por los copistas cuando la tradición oral de la literatura dio paso al método escritural?

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Se ha sabido advertir en las formas aparentemente firmes de la vida de pueblos antiguos ideas poéticas condensadas; se ha reconocido por primera vez la maravillosa capacidad del alma de los pueblos para personalizar estados de costumbres y de creencias.

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En general, se advierte que los filólogos han convivido casi todo un siglo con poetas, pensadores y artistas. De aquí que aquel terreno rocoso y pedregoso, que antes se designaba como antigüedad clásica, es hoy un exuberante campo de cultivo.

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La ciencia tiene de común con las artes que una y otras ven los hechos cotidianos de una manera completamente nueva y atractiva, como traídas a la existencia por arte de encantamiento, como vistas por primera vez. La vida es digna de ser vivida, dice el arte; la vida es digna de ser estudiada, dice la ciencia.

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“…Fue el punto de vista de los gramáticos. Estos concebían la Ilíada o la Odisea como creaciones de un Homero: declaraban como posible psicológicamente que obras de tan diferente carácter en su conjunto hubieran brotado de un genio en oposición a los horizontes que las atribuían a individuos aislados y contingentes. Para explicar la diferente impresión total de las dos epopeyas por medio de la hipótesis de un poeta se acudía a la edad y se comparaba al autor de la Odisea con el sol que se pone. Por lo que respecta a la diversidad de las expresiones lingüísticas y conceptuales, el ojo de aquellos críticos demostraba inagotable agudeza y vigilancia; pero al mismo tiempo se había inventado una historia de la poesía homérica y de su tradición, según la cual estas diversidades no debían atribuirse a Homero, sino a sus redactores y cantores. Se creyó que las poesías de Homero se transmitieron durante mucho tiempo oralmente y que, en consecuencia, estuvieron expuestas a la ignorancia de los improvisadores y a la falta de memoria de los cantores”.

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“En una determinada fecha, en tiempo de Pisístrato, habrían sido coleccionados en un libro los fragmentos que vivían en boca de la gente; pero los redactores estuvieron autorizados para introducir correcciones. Esta hipótesis es la más importante que ha mostrado la antigüedad en el terreno de los estudios literarios; en particular, el reconocimiento de una difusión oral de la poesía de Homero”.

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Lo individual es siempre más fuertemente sentido y acentuado: la posibilidad psicológica de un Homero se hace cada vez más necesaria.

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 Y si de Aristóteles volvemos hacia atrás, se cuenta la incapacidad de concebir una personalidad; constantemente se van amontonando poesías bajo el nombre de Homero, y cada época manifiesta su grado de crítica precisamente en la determinación de lo que se debe considerar propiamente de Homero. En este lento retroceder se siente involuntariamente que más allá de Heródoto hay un período en el que se identificó con el nombre de Homero una multitud de grandes epopeyas.

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El concepto de poesía popular parece ser como un puente echado sobre este abismo: una fuerza más poderosa y primitiva que la de cualquier individuo creador habría obrado aquí; el pueblo más venturoso en su más feliz período, en la suprema actividad de la fantasía y de la fuerza poética creadora, habría engendrado aquellos imponderables poemas. En esta su generalización, la idea de una poesía popular tiene algo de embriagadora; sentimos el desencadenamiento de una facultad natural amplia y poderosa, de gusto artístico, y experimentamos ante este fenómeno la misma sensación que ante una catarata.

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 Homero, como autor de la Ilíada y la Odisea, es un juicio estético”… Nosotros creemos en un gran poeta autor de la Ilíada y la Odisea; sin embargo, no creemos que este poeta sea Homero”.

 

martes, 14 de junio de 2022

ARISTÓTELES SOBRE HOMERO EN SU LIBRO “POÉTICA”

 


ARISTÓTELES SOBRE HOMERO EN SU LIBRO “POÉTICA”

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

En “La poética”( siglo IV a. C.) Aristóteles habla, en 26 capítulos , de la poesía, el teatro. La tragedia, la comedia, la fábula, la historia, la música, la pintura y sobre las artes y la estética en general. A lo largo del texto hay muchas referencias a la obra de Homero.

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Homero y Empédocles, no tienen entre sí ninguna afinidad, fuera del metro en que se expresan; de modo que, si a uno se le llama poeta , al otro se le debería designar físico.

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Los personajes de Homero, por ejemplo, son mejores que nosotros; los de Cleofón se hallan a nuestro nivel, y los de Hegemón de Taso, el primer autor de parodias, y Nicocares, que escribió la Diliada, se hallan por debajo de este modelo.

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Uno puede narrar en forma directa en un instante y en otro momento asumir otro personaje, como hace Homero,

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Como imitador Sófocles, por una parte, se asemeja a Homero, pues ambos representan a hombres superiores.

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No conocemos ningún poema de los poetas prehoméricos, aunque sin duda hubo muchos autores entre ellos; pueden hallarse ejemplos, por cierto, desde Homero en adelante, tal su margites y poemas similares de otros.

(Margites, canción cómica primitiva. Homero habría compuesto algunas de estas piezas.)

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La posición de Homero, no obstante, es peculiar: así como fue en el estilo serio el poeta de los poetas, elevado no sólo por su excelencia literaria, sino también mediante el carácter dramático de sus imitaciones, fue asimismo el primero en bosquejar para nosotros las formas generales de la comedia al producir no una invectiva dramática, sino un cuadro dramático de lo ridículo; sus margites en verdad se hallan, respecto a nuestras comedias en la misma relación que la Ilíada y la Odisea frente  a nuestras tragedias.

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Se advierte, entonces, el error de todos los poetas que han escrito una Herácleida, una Theseida o poemas semejantes; ellos creen que, porque Heracles fue un hombre, la historia de Heracles debe ser una historia. Homero, sin duda, entendió este aspecto muy bien, ya por arte o por instinto, justamente debido a que excedió al resto en todos los detalles. Al escribir la Odisea no permitió que el poema registrara todo lo que por cierto le aconteció al héroe; por ejemplo, le sucedió ser herido en el Parnaso y también fingirse loco en la época del llamado a las armas, pero ambos incidentes no tenían ninguna conexión necesaria o probable entre sí. En lugar de ello, tomó como tema de la Odisea, como también de la Ilíada, una acción con la unidad del tipo que hemos descrito.

(Los Heráclidas es una tragedia de las llamadas patrióticas, escrita por Eurípides. Con ella, trata de predisponer a Atenas contra Esparta valiéndose del mito.)

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El poeta, al representar a los hombres rápidos o lentos en su ira, o con similar debilidad de carácter, deben saber cómo dibujarlos como tales, y a la vez como hombres excelentes, según Agatón y Homero han representado a Aquiles.

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Ulises al oír la cítara recuerda el pasado y también llora.

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En los dramas, pues, los episodios son cortos; en la épica sirven para extender el poema. El argumento de la Odisea no es largo. Un hombre se ve alejado de su hogar durante muchos años. Poseidón lo cuida con ojo vigilante, pero él está por completo solo. En el hogar las cosas han llegado al extremo de que su riqueza ha sido despilfarrada y la muerte de su hijo es tramada por los pretendientes de su mujer. Después de muchas aventuras y sufrimientos consigue regresar; se revela y cae sobre sus enemigos, y el fin es su salvación y la destrucción de aquéllos. Esto es lo adecuado en la Odisea; todo lo demás en ella es episódico.

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Se debería recordar también lo que se ha dicho más de una vez, y no escribir una tragedia con una estructura épica (es decir, con una pluralidad de fábulas en ella) e intentando dramatizar, por ejemplo, toda la historia de la Ilíada.

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¿Qué falta puede observarse en el verso de Homero, "¡Canta, oh diosa, la cólera!"?, que Protágoras ha censurado como una orden, donde se impone un ruego, pues rogar a alguien que haga algo o no lo haga, según nos dice, es una orden.

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Se dice que un discurso es uno en dos formas, ora como significando una cosa, o bien como unión de diversos discursos convertidos en uno mediante un nexo apropiado. Así la unidad de la Ilíada es una por la vinculación de sus partes, y la definición de hombre lo es por designar una sola cosa.

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Transferencia de la especie al género la tenemos en: "Ulises ha realizado ciertamente diez mil nobles hazañas", pues "diez mil", que es un número muy grande, se usa aquí en lugar de la palabra "muchas"

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En consecuencia, entonces, para repetir lo que dijimos antes, tenemos una prueba más del maravilloso talento de Homero respecto de los restantes. Él no intentó tratar sobre la guerra de Troya en su totalidad, aunque ésta fue un todo con un definido comienzo y un fin, pues advirtió, sin duda, que era un relato demasiado extenso para ser abarcado en su conjunto, o bien en exceso complicado por la variedad de sus incidentes. Así, seleccionó una parte del todo; muchos de los otros incidentes, empero, los introdujo como episodios, tales como el catálogo de los barcos y otros para variar la uniformidad de su narración.

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Por último, el pensamiento y la dicción deben ser del nivel requerido. Todos estos elementos aparecen primeramente en Homero, y ha hecho correcto uso de ellos. Sus dos poemas son cada uno ejemplos de construcción: la Ilíada, simple, y una historia patética la Odisea, compleja (hay reconocimiento a través de ella) y una historia de carácter. Y son más que esto, puesto que en la dicción y el pensamiento también superan a todos los otros poemas.

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Admirable como es Homero en muchos otros aspectos, lo es en particular en éste, pues sólo él entre los poetas épicos sabe la parte que debe desempeñar el poeta mismo en el poema. El poeta tiene que hablar muy poco de su propia persona, ya que no es imitador en este caso. Otros poetas siempre aparecen en primer plano y dicen poco como imitadores, y esto sólo de manera esporádica. Homero luego de un breve prefacio introduce un hombre, una mujer o algún carácter nadie carece de carácter en él, pero cada uno con los matices distintivos.

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Lo maravilloso es ciertamente exigido en la tragedia. La épica, sin embargo, proporciona más ámbito para lo improbable, el factor principal en lo maravilloso, porque en ella los personajes no son visibles. La escena de la persecución de Héctor en la escena: los griegos se hallarían quietos en lugar de perseguirlo y Aquiles sacudiría la cabeza para contenerlos; pero en el poema lo absurdo está ausente

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Homero, más que ningún otro, nos ha enseñado a todos el arte de forjar mentiras de manera adecuada. Me refiero al uso del paralogismo. Así pues, si una cosa existe porque otra existe, o acontece porque esta otra acontece, se piensa que si el consecuente existe también el antecedente existiría, pero este no es el caso. Justamente porque conocemos la verdad del consecuente somos llevados en nuestra mente a la errónea inferencia de la verdad del antecedente. Hay un ejemplo al respecto sobre la historia del baño en la Odisea.  Una imposibilidad probable es preferible a una posibilidad improbable.

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Si el poeta ha adoptado una fábula, en consecuencia, y se advierte que pudo componerla de modo más racional, es culpable de absurdidad, como también de falta de arte. Aun en la Odisea los elementos irracionales en el episodio del desembarco de Ulises en Ítaca no habrían sido aceptados desde luego si hubieran sido tratados por un poeta inferior. Sin embargo, el poeta los disimuló y sus otras excelencias velaron tal absurdo.

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Otras críticas pueden considerarse si se examina el lenguaje del poeta: por la apropiación de una palabra extraña en [Ilíada ] donde Homero con oureas quiere tal vez decir centinelas y no mulas. Y al expresar que Dolón "era de mala forma" [Ilíada, X, 316] su sentido puede referirse a que su cara era fea, pero no deforme su cuerpo, ya que eueid s (bien formado) es una palabra cretense que para nosotros significa euprósopon (rostro hermoso). Así también "más enérgicamente mezclan el vino" [Ilíada, IX, 202], como para los borrachos, puede significar "más rápidamente mezclan (o tal vez sirven) el vino". Otras expresiones de Homero se explican acaso metafóricamente; por ejemplo, en, "Entonces todos los otros dioses y hombres durmieron a través de la noche" [Ilíada, X, 1, 11, l], si la comparamos con "y por cierto cuando observaba la llanura troyana [y oía] el sonido de las flautas y las siringas y el ruido de los hombres", la voz "apantes", todos, se emplea de manera metafórica por muchos (pollú), puesto que todos es una especie de muchos.  Así también "sola sin una parte" [Ilíada, XVIII,489] tiene sentido metafórico, pues lo que es bien conocido permanece solo.

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Al afirmar que hay menor unidad en la épica, me refiero a una épica compuesta de una pluralidad de acciones, como la Ilíada y la Odisea, que tienen muchas partes y cada una de cierta amplitud, y, no obstante, estos poemas están construidos de modo tan perfecto como podían serlo, y cada uno, en la medida en que ha sido posible, es la representación de una sola acción.

lunes, 13 de junio de 2022

PLATÓN SOBRE LA OBRA DE HOMERO

 


PLATÓN SOBRE LA OBRA DE HOMERO

Edgardo Rafel Malaspina Guerra

Platón (427-347 a de C) establece una querella entre la poesía y la filosofía y la decide a favor de esta última porque la poesía confunde y distorsiona la realidad, mientras que la filosofía es racional. Sin embargo, Heráclito – el comentarista- citica la posición del filósofo griego cuando denigra de Homero y explica que el lenguaje homérico es alegórico o metafórico.

Tomamos el diálogo denominado Ion y la República para demostrar el desdén de Platón por la poesía y especialmente por la de Homero.

I

ION (401 a. C.)

La filosofía puede discernir mejor sobre la ciencia de la vida que la poesía. Cuando Sócrates  (Platón) le dice a Ion que su arte proviene de la inspiración y la divinidad, en realidad se está burlando de su trabajo.

Platón critica a Homero por referirse a muchas artes y oficios en sus poemas sin ser experto en esos menesteres. No obstante, el poeta puede hablar de esos asuntos sin necesariamente ser un experto porque lo hará de manera lírica.

1

Sócrates : -Dime, pues, oh Ion, y no me ocultes lo que voy a preguntarte. Cuando tú recitas bien los poemas épicos y sobrecoges profundamente a los espectadores, ya sea que cantes a Ulises saltando sobre el umbral, dándose a conocer ante los pretendientes y esparciendo los dardos a sus pies , o a Aquiles abalanzándose sobre Héctor , o un momento emocionante de Andrómaca, de Hécuba o Príamo , ¿te encuentras entonces en plena conciencia o estás, más bien, fuera de ti y crees que tu alma, llena de entusiasmo por los sucesos que refieres, se halla presente en ellos?

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Sócrates: -Tú perteneces a éstos, oh Ion, que están poseídos por Homero; por eso cuando alguien canta a algún otro poeta, te duermes y no tienes nada que decir, pero si se deja oír un canto de tu poeta, te despiertas inmediatamente, brinca tu alma y se te ocurren muchas cosas; porque no es por una técnica o ciencia por lo que tú dices sobre Homero las cosas que dices, sino por un don divino, una especie de posesión…

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Ion :-Dices bien, Sócrates. No obstante, me extrañaría que, por muy bien que hablases, llegaras a convencerme de que yo ensalzo a Homero, poseso y delirante. Estoy seguro de que no opinarías lo mismo, si me oyeses hablar de él.

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Sócrates . -Así pues, esto, que es lo más hermoso, es lo que te concedemos, a saber, que ensalzas a Homero porque estás poseído por un dios; pero no porque seas un experto.

II

LA REÚBLICA (Siglo IV a. C )

En el libro X de la República Platón a través de Sócrates escribe:

1

El artista se aleja de la verdad.

2

Los poetas son imitadores y están distantes de la verdad.

3

Los poetas son excluidos del Estado por imitadores y no reflejar la verdad. Producen sólo apariencias.

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Después de esto debemos examinar la tragedia y a su adalid Homero, puesto que hemos oído a algunos decir que estos conocen todas las artes. Todos los asuntos humanos en relación con la excelencia y el malogro e incluso los asuntos divinos.

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No exijamos, pues, de Homero ni de los demás poetas que nos den razón de las mil cosas de que nos han hablado.

6

Querido Homero, si es cierto, que eres un artista, alejado en tres grados de la verdad, incapaz de hacer otra cosa que fantasmas de virtud, (porque tal es la definición que hemos dado del imitador)... ¿Qué país habla de tí como de un sabio legislador, y se gloría de haber sacado ventajas de tus leyes?... —Creo que no hay ni uno solo; por lo menos, los partidarios de Homero nada dicen.

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¿Se hace mención de alguna guerra dirigida con fortuna por Homero mismo ó según sus consejos?

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Si Homero no ha prestado ningún servicio á la sociedad, ¿lo ha hecho siquiera á los particulares? ¿Se sabe que haya influido en la educación de algunos jóvenes á él adictos, y que hayan trasmitido a la posteridad un plan de vida homérica, como se refiere de Pitágoras?

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Pero crees, Glaucon, que si Homero hubiera estado en situación de instruir á los hombres y de hacerles mejores; si hubiera tenido un perfecto conocimiento de las cosas que sólo sabia imitar; ¿crees, digo, que no se hubiera atraído un gran número de personas que le habrían honrado y querido?

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,¿los que vivían en tiempo de Homero y Hesíodo habrían permitido á estos poetas andar solos de ciudad en ciudad recitando sus versos, si hubieran podido sacar de ellos saludables lecciones de virtud?

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Digamos, por lo tanto, de todos los poetas, comenzando por Homero, que ya traten en sus versos de la virtud ó de cualquiera otra materia, no son más que imitadores de fantasmas, sin llegar jamás á la realidad.

III

HERACLITO

1

Por tanto, como cabría esperar: las historias de Homero son sinónimo de vida de héroes; los diálogos de Platón, de amores de muchachos.

2

Muchas veces Platón se consumía esperando en las puertas de los tiranos. Siendo de condición libre, hubo de soportar un destino de esclavo, llegando hasta el extremo de ser vendido. A nadie le es desconocido el espartano Polis, ni ignora tampoco cómo Platón fue salvado, debido a la compasión que despertó en un hombre libio; su precio fue fijado en veinte minas, como si se tratara de un esclavo de escaso valor. Y, todo ello, como castigo bien merecido, por las acusaciones impías contra Homero, vertidas por esta lengua desenfrenada e indiscreta.

3

 Que Platón destierre a Homero de su República, como él mismo se exilió de Atenas a Sicilia. Pero, debía ser desterrado también de esta República Critias, puesto que era tirano, o Alcibíades…

4

A pesar de que podría lanzar más ataques contra Platón, dejo de hacerlo, por la consideración que me merece el nombre de la sabiduría socrática