EL PERRO MORTALMENTE ATROPELLADO
Edgardo Malaspina
1
Mi esposa, mi hija menor y yo viajamos a Maracay. Yo
manejo. Cuando llegamos a la Encrucijada de Cagua un perro trata de cruzar la
calle. El automóvil que está delante del mío acelera. Hay mala intención. El
chofer de adelante quiere atropellar al perro callejero y lo logra. El can
queda frente a las ruedas de mi carro arrastrándose a duras penas hacia la acera. Sus patas traseras están destrozadas .Yo me
detengo para que el pobre animal atropellado alcance la orilla. Los carros de
atrás pitan y a mí no me importan sus bocinas. El perro llega a su objetivo y
se queda postrado. Sus aullidos
lastimeros son la prueba de que un inmenso dolor lo agobia.
2
Nosotros callamos. No nos miramos; pero sentimos
sobre nuestras sienes esa presión característica que preludian las lágrimas.
3
Una vez le escuché a alguien decir que Dios está en
el corazón de la persona, y eso no le permite, por ejemplo, pegarle a un perro…
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