FILOSOFÍA

FILOSOFÍA
FILOSOFÍA

jueves, 25 de noviembre de 2021

LAS CONFESIONES DE ROUSSEAU (VB)

 


LAS CONFESIONES DE ROUSSEAU

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

Las confesiones o autobiografía de Rousseau (1712-1778) constan de doce libros: los seis primeros (1872) los escribió entre 1765 y 1767. El resto (1789) fue escrito entre 1769 y 177.

Rousseau vivió 66 años, Las confesiones abarcan hasta los 56 años.

"Me he decidido por una empresa que no tiene precedentes y que, una vez completada, no tendrá imitador. Mi propósito es mostrar a mi especie un retrato fiel a la naturaleza en todos los sentidos, y al hombre que retrataré seré yo mismo ".

-No he emprendido mis Confesiones para callarme las impertinencias.

"He prometido mi confesión, mas no mi justificación, por lo tanto, me detengo aquí. A mí me toca ser exacto, al lector ser justo. Nunca le pediré más".

Los primeros seis libros corresponden a la juventud y la vida de vagabundo. Atraen por las aventuras y travesuras narradas. Los otros libros corresponde a la etapa adulta. Habla de sus éxitos literarios, su reconocimiento por la sociedad, sus enfermedades, intrigas familiares o con sus amistades, las críticas , chismes y ofensas hacia su persona. Las confesiones han servido a los médicos y otros especialistas para diagnosticarle muchas enfermedades corporales y psiquiátricas al filósofo , desde las renales hasta las depresivas con manía persecutoria.

[1]

Rousseau inicia sus confesiones con los recuerdos que le son más gratos: los de la infancia y los juegos propios de esa época , los títeres y sus primeras lecturas junto a su padre que con el tiempo se convertirán en una verdadera obsesión: portará libros hasta en los bolsillos, los llevará hasta el retrete; con cada lectura se sentirá el héroe de la novela y llegará creerse un personaje de ficción

[2]

Sueña con aventuras y viajes a pie: “La idea de un viaje, de un gran viaje, halagaba mi espíritu ambulante que ya empezaba a declararse. Parecíame muy bello a mi edad atravesar los montes y elevarme sobre mis camaradas desde toda la altura de los Alpes

[3]

Reafirma su gusto por las andanzas a pie: Los montes, los prados, los bosques, los arroyos, los pueblos, se sucedían sin fin y sin intervalo con nuevos atractivos.

- Mi corazón de entusiasmarse con las cosas más insignificantes.

-La previsión ha amargado mis goces.

-Lo poco que sé lo he aprendido solo.

[4]

Rousseau busca su lugar en la vida. Camina y medita .  No acepta los aventones que le ofrecen los que viajan en carretas. Quiere disfrutar cada rincón de los paisajes.

-Una mala acción que cometemos no nos atormenta inmediatamente sino mucho tiempo después, porque su recuerdo no se extingue.

- El placer más insignificante que se ofrece a mano me atrae más que los goces del paraíso.

- Las interesantes conversaciones de una mujer de talento son más eficaces para formar a un joven que toda la pedantesca filosofía de los libros.

[5]

Rousseau regresa con su madre adoptiva que se convierte también en su amante. Llega el botánico Claudio Anet, y también se hace amante de su madrastra. Conforman un triángulo amoroso, y entre ellos no hay problemas: son muy felices los tres y comparten lecho, comidas y conversaciones. Anet muere .

 

-El odio, lo mismo que el amor, hace crédulas a las personas.

-La química y la anatomía se hallaban mezcladas en mi mente y formando un todo confuso a que llamaba medicina.

-Su madre viendo su gusto con la música y el baile le dijo :  el que bien canta y bien danza trabaja mucho y no avanza.

-La ociosidad es en la sociedad, a mi entender, un mal tan grande como la soledad.

[6]

Rousseau sale de viaje , y al regresar encuentra a su madrasta-amante con otro. A pesar de que no pierde sus derechos dentro de un nuevo triángulo amoroso siente que ya es hora de partir

-El verdadero placer no se describe, se siente.

-He tenido errores, pero no vicios.

[7]

Rousseau marcha a París. Lleva en sus alforjas las cartas de recomendación y un nuevo método para escribir música. Tiene grandes esperanzas en este sistema musical y sueña que el mismo será reconocido como una importante innovación artística, pero no será así.

Los dulces recuerdos de mis bellos años, pasados con tanta tranquilidad como inocencia, me han dejado mil gratas impresiones, que me halaga de continuo recordar.

-La integridad de un hombre de bien siempre es antipática a los malvados.

-La fealdad no excluye la gracia.

-Con un bolsillo escuálido no debe meterse uno a galanteador.

-Siempre tuve razón, pero no justicia.

-Diríase que sólo logran buen resultado los miserables complots de los malvados; los inocentes proyectos de los buenos casi nunca se cumplen.

[8]

Habla sobre cómo funciona su memoria, la amistad con Diderot, el barón de Holbach y el joven Grimm, sus escritos y premios, el abandono de sus hijos en casas de expósitos, la enfermedad urinaria , el cambio de look , el trabajo de copista de música, el rechazo a una pensión real para no verse comprometido, sus éxitos en la ópera y sus paseos solitarios por el bosque.

-Me sirve la memoria mientras de ella me fío, pero, desde el momento en que confío el recuerdo al papel, me abandona, y cuando escribo una cosa no la recuerdo ya más.

-Habré podido engañarme, mas no endurecerme.

[9]

Vive en el Ermitage, un lugar campestre. .Pasea  por el bosque. Medita. Hace planes literarios. Habla de sus problemas familiares. Cree que Cándido de Voltaire está dirigido a su persona. Le roban los frutos de su huerto. Su retiro al campo es criticado y le dicen que “sin ninguna restricción sólo el perverso vive en solitario”. Diderot le dice que “en soledad vive el malvado”.

-El único deber del hombre es seguir las inclinaciones de su corazón.

-No hay odio que no se desarme a fuerza de dulzura.

[10]

En este libro Rousseau se queja de todo el mundo. En su soledad piensa que todos lo critican. Se preocupa mucho por cualquier chisme y sospecha de sus amigos más allegados. Este aspecto de su vida ha hecho que algunos expertos hablen de manía persecutoria.

-No hay interior humano, por puro que sea, que no tenga algún vicio feo.

-Siempre he querido ser todo o nada.

-Las maldiciones de los malvados son la gloria del hombre justo.

-Jamás he sabido escribir sino movido por la pasión.

-No he emprendido mis Confesiones para callarme las impertinencias.

[11]

Habla de sus obras: Julia, El contrato social, Julia, el Diccionario musical y El origen de las lenguas. Se queja de su mala salud y tiene tristes presentimientos. Le aplican sondas para su afección urinaria. Pronostica turbulencias políticas en Francia por el mal manejo de los asuntos del reino.  Cree que sus libros son alterados en su contenido cuando los entrega a la imprenta.

-No hablo de las personas a las cuales aborrezco.

-Los fanáticos ateos y religiosos son una misma calamidad.

[12]

Está en Berna. Ve enemigos por todas partes. Cree que lo espían y piensa que lo atacan no sólo los religiosos sino también los académicos de la Sorbona. Lo califican de sifilítico. Le critican el haber abandonado sus hijos. Le atacan físicamente con piedras. Habla de Las cartas escritas desde la montaña: su defensa ante los ataques al Contrato social y al Emilio. Lo califican de “Anticristo

-Prefiero a dormir soñar despierto.

-Nací para meditar a mis anchas en la soledad.

-Me gusta ocuparme en hacer bagatelas, empezar mil cosas sin acabar ninguna ir y venir a mí antojo, cambiar de proyecto a cada instante, seguir el vuelo de una mosca, querer perforar una roca para ver lo que está debajo, emprender con ardor un trabajo de diez años y abandonarlo sin pesar a los diez minutos, malgastar el día entero sin orden ni concierto, y no seguir más que el capricho del memento.

-Si algún día tengo valor para escribir la parte tercera, se verá cómo, creyendo partir para Berlín, partí en efecto para Inglaterra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario