LA PRUEBA DEL CIELO

LA PRUEBA DEL CIELO

Edgardo Malaspina

Hay muchos libros sobre Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM), esa condición por la que atraviesan algunas personas con muerte clínica; y que al recuperarse, totalmente de su estado comatoso, suelen contar lo que sintieron y vieron en el otro mundo, desconocido y nebuloso. Ven túneles, flotan, escuchan el llanto de sus seres queridos y las conversaciones de los médicos. También pueden encontrarse con  familiares y amigos ya fallecidos y oír música divina en medio de una paz celestial.

Pero el libro LA PRUEBA DEL CIELO, del  norteamericano Eben Alexander tiene varias peculiaridades:

1.     El autor es un médico, neurocirujano, que no creía en la ECM relatadas por sus pacientes.

2.     El mismo Eben Alexander sufrió una meningitis que lo llevó a caer en coma por siete días.

3.     Al regresar “del Más Allá” contó su ECM y llegó a la conclusión de que el pensamiento no tiene su morada en el cerebro, como lo afirma la ciencia médica desde los tiempos inmemoriales de la civilización egipcia hasta los actuales momentos.

4.     Según Eben Alexander el pensamiento está por allá en el cielo, porque él se encontró con Cristo.

5.     Pero el punto anterior refuta su teoría porque todos los que pasan por ECM se encuentra con el profeta, dios o ángel de su religión. Lo que demuestra la existencia de una memoria almacenada precisamente en el cerebro.

6.     La lógica nos dice que si Eben Alexander hubiese sido budista, entonces su encuentro hubiese sido con Sidartha en cualquiera de sus versiones, incluyendo la sonriente, bonachona y panzona que adorna algunos centros comerciales. Si hubiese sido seguidor del brahmanismo, entonces se hubiese encontrado con Brahma y sus múltiples rostros y muchas extremidades. Y así sucesivamente.

7.     Pero Eben Alexander es cristiano y por eso vio a Cristo, porque esa es la información que contiene su cerebro.