FILOSOFÍA

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viernes, 2 de julio de 2021

DEL SENTIMIENTO TRÁGICO DE LA VIDA. MIGUEL DE UNAMUNO

 

DEL SENTIMIENTO TRÁGICO DE LA VIDA 

 

Edgardo Rafael Malaspina Guerra

 

En el ensayo de Miguel de Unamuno “Del sentimiento trágico de la vida” (1913) se habla del hombre concreto y su preocupación por la muerte y la inmortalidad. Unamuno cita una serie de filósofos y sus ideas sobre la inmortalidad.

 

1

En este libro el autor expone sus ideas con respecto al que considera el problema fundamental de la filosofía: la inmortalidad. No queremos aceptar que la muerte es el fin de todas nuestras posibilidades. El cerebro nos dice que no hay más nada después de la muerte, pero el corazón quisiera lo contrario.

2

El problema fundamental de la filosofía radica en la inmortalidad del alma, en la contradicción entre la razón y el sentimiento, lo racional y lo emocional.

3

Hay algo que, a falta de otro nombre, llamaremos el sentimiento trágico de la vida, que lleva tras sí toda una concepción de la vida misma y del universo, toda una filosofía más o menos formulada, más o menos consciente. Y ese sentimiento pueden tenerlo, y lo tienen, no sólo hombres individuales, sino pueblos enteros.

4

La filosofía es más poesía que ciencia y busca una concepción universal de la vida. La filosofía responde a la necesidad de formarnos una concepción unitaria y
total del mundo y de la vida, y como consecuencia de esa concepción, un sentimiento que engendre una actitud íntima y hasta una acción.

5

El hombre es un animal afectivo o sentimental.

6

Dios da sentido a la inmortalidad del alma.

7

Preferimos la desgracia a la no existencia.

8

El hombre es un fin , no un medio.

9

Filosefería es la seudofilosofía.

10

Pensar es hablar consigo mismo.

El pensamiento es lenguaje interior.

11

De la fantasía brota la razón.

12

El hombre filosofa para convencerse a sí mismo, pero sin lograrlo.

13

Queremos saber de dónde venimos y para dónde vamos porque no queremos morirnos del todo.

14

Hay personas, en efecto, que parecen no pensar más que con el cerebro, o con cualquier otro órgano que sea el específico para pensar; mientras otros piensan con todo el cuerpo y toda el alma, con la sangre, con el tuétano de los huesos, con el corazón, con los pulmones, con el vientre, con la vida.

15

Lo más santo de un templo es que es el lugar a que se va a llorar en común.

16

No basta curar la peste, hay que saber llorarla. ¡Sí, hay que saber llorar! Y acaso esta es la sabiduría suprema.

17

La conciencia es una enfermedad.

18

El hombre es el único animal guardamuertos.

19

Nada hay más universal que lo individual.

20

Los escritores, poetas, escultores, pintores, y en general todos los artistas quieren alcanzar la inmortalidad a través de sus obras. El que os diga que escribe, pinta, esculpe o canta para propio recreo, si da al público lo que hace, miente; miente si firma su escrito, pintura, estatua o canto. Quiere, cuando menos, dejar una sombra de su espíritu, algo que le sobreviva.

21

Hasta Dios hizo el mundo para manifestación de su gloria.

22

La filosofía es un producto humano de cada filósofo, y cada filósofo es un hombre de carne y hueso que se dirige a otros hombres de carne y hueso como él. Y haga lo que quiera, filosofa, no con la razón sólo, sino con la voluntad, con el sentimiento, con la carne y con los huesos, con el alma toda y con todo el cuerpo. Filosofa el hombre.

23

Primum vivere, deinde philosophari, dice el antiguo adagio latino, y como el filósofo, antes que filósofo es hombre, necesita vivir para poder filosofar, y de hecho filosofa para vivir. Y suele filosofar, o para resignarse a la vida, o para buscarle alguna finalidad, o para divertirse y olvidar penas, o por deporte y juego.

24

Creer lo que no vimos es creer lo que veremos.

25

Acostumbrarse es empezar a no ser.

26

¿No puede decir el hombre de la estufa: «siento, luego soy»; o «quiero, luego soy»? Y sentirse, ¿no es acaso sentirse imperecedero? Quererse, ¿no es quererse eterno, es decir, no querer morirse?

27

Cuando no se hacían para los vivos más que chozas de tierra o cabañas de paja que la intemperie ha destruido, elevábanse túmulos para los muertos, y antes se empleó la piedra para las sepulturas que no para las habitaciones. Han vencido a los siglos por su fortaleza las casas de los muertos, no las de los vivos; no las moradas de paso, sino las de queda. Este culto, no a la muerte, sino a la inmortalidad, inicia y conserva las religiones.

28

Confesábame un amigo, que previendo en pleno vigor de salud física la cercanía de una muerte violenta, pensaba en concentrar la vida, viviéndola en los pocos días que de ella calculaba le quedarían para escribir un libro. ¡Vanidad de vanidades!

29

Filosofía y religión son enemigas entre sí, y por ser enemigas se necesitan una a otra. Ni hay religión sin alguna base filosófica ni filosofía sin raíces religiosas; cada una vive de su contraria. La historia de la filosofía es, en rigor, una historia de la religión. Y los ataques que a la religión se dirigen desde un punto de vista presunto científico o filosófico, no son sino ataques desde otro adverso punto de vista religioso.

30

La filosofía puede tener, y de hecho tiene, un origen individual; la teología es necesariamente colectiva.

31

En el cementerio, hoy amortizado, de Mallona, en mi pueblo natal, Bilbao, hay grabada una cuarteta que dice:

Aunque estamos en polvo convertidos,

en ti, Señor, nuestra esperanza fía,

que tornaremos a vivir vestidos

con la carne y la piel que nos cubrí

32

Hay en el Fausto de Marlowe una escena que vale por toda la segunda parte del Fausto de Goethe. Le dice a Helena Fausto: «Dulce Helena, hazme inmortal con un beso -y le besa-. Sus labios me chupan el alma; ¡mira cómo huye! ¡Ven, Helena, ven; devuélveme el alma! Aquí quiero quedarme, porque el cielo está en estos labios, y todo lo que no es Helena escoria es.» «¡Devuélveme el alma!» He aquí el grito de Fausto, el doctor, cuando después de haber besado a Helena va a perderse para siempre.

33

La fe en la inmortalidad es irracional. Y, sin embargo, fe, vida y razón se necesitan mutuamente. Ese anhelo vital no es propiamente problema, no puede tomar estado lógico, no puede formularse en proposiciones racionalmente discutibles, pero se nos plantea, como se nos plantea el hambre. Tampoco un lobo que se echa sobre su presa para devorarla, o sobre la loba para fecundarla, puede plantearse racionalmente y como problema lógico su empuje. Razón y fe son dos enemigos que no pueden sostenerse el uno sin el otro.

34

Cada vez que considero

que me tengo que morir,

tiendo la capa en el suelo

y no me harto de dormir.

35

La guerra es la santificación del homicidio.

36

La vida es una comedia para el que siente y un tragedia para el que piensa.

37

La filosofía es filología.

38

Don quijote alcanzó la inmortalidad a través del ridículo.

39

Lo quijotesco es una filosofía.

40

El vulgo busca las causas de sus males en el pasado. 

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