LIBRO
IV DE LA METAFÍSICA DE ARISTÓTELES
Edgardo
Rafael Malaspina Guerra
1
Hay
una ciencia que estudia lo que es, en tanto que algo que es y los atributos
que, por sí mismo, le pertenecen. Cada ciencia estudia lo que le corresponde a
su campo particular . Sólo la antología pretende a la universalidad porque
estudia lo que es, en tanto que algo
que es, sin más, y no en tanto que es, por ejemplo, fuego, número o línea en
cuyo caso nos habríamos situado ya en la perspectiva de una ciencia particular
(la física, la aritmética y la geometría, respectivamente).
2
Sin
unidad de objeto no hay unidad de ciencia y sin unidad de noción no hay unidad
de objeto.
3
La
polisemia del verbo ser plantea un problema por sus distintos usos y
aplicaciones.
4
La
filosofía primera, luego llamada metafísica, es la ciencia más general, por ser
la ciencia del ser en cuanto ser (ontología). Aristóteles la llama filosofía
primera o la teología y es identificada por él con la sabiduría (sofía).
5
De
las substancias tendrá que conocer los principios y las causas el filósofo. Y
tantas son las partes de la Filosofía cuantas son las substancias. Por tanto,
una de ellas será necesariamente Filosofía primera, y otra, Filosofía segunda.
6
La
Sofística es sabiduría sólo aparente, y los dialécticos disputan acerca de todas las cosas, y a todos es común
el Ente; pero, evidentemente, disputan acerca de estas cosas porque son propias
de la Filosofía; la Sofística y la Dialéctica, en efecto, giran en torno al
mismo género que la Filosofía; pero ésta difiere de una por el modo de la
fuerza, y de la otra, por la previa elección de la vida; y la Dialéctica es
tentativa de aquellas cosas de las que la Filosofía es cognoscitiva, y la Sofística
es aparente, pero no real.
7
Es propio del filósofo, es decir, del que
contempla la naturaleza de toda substancia, especular también acerca de los
principios silogísticos.
8
Uno
no cree necesariamente todas las cosas que dice. Y si no es posible que los
contrarios se den simultáneamente en el mismo sujeto (y añadamos también a esta
premisa las puntualizaciones de costumbre), y si es contraria a una opinión la
opinión de la contradicción, está claro que es imposible que uno mismo admita simultáneamente
que una misma cosa es y no es. Pues simultáneamente tendría las opiniones
contrarias el que se engañase acerca de esto. Por eso todas las demostraciones
se remontan a esta última creencia; pues éste es, por naturaleza, principio
también de todos los demás axiomas.
9
Quedamos,
pues, en que el nombre, como se dijo al principio, tiene un significado y un
significado único. Así, pues, no es posible que la esencia de hombre signifique
lo mismo que la esencia de no-hombre.
10
Lo
que cambia es necesariamente un ente; pues el cambio se produce desde algo a
algo. Pero tampoco es verdad que todas las cosas estén quietas o se muevan
alguna vez, y que nada esté quieto o se mueva siempre; pues hay algo que
siempre mueve las cosas que se mueven, y el primer Motor es inmóvil él mismo.
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